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Políticas, empresarias y periodistas imponen su pragmatismo y franqueza en la sociedad francesa

La primera ministra Edith Cresson lo ha vuelto a repetir: "Los hombres pueden ser reemplazados por las mujeres en todas partes, excepto en la vida privada". Si las interesadas parecen no tener excesivos problemas para ocupar puestos de responsabilidad y ser al tiempo mujeres, esposas y madres, no puede decirse lo mismo de la sociedad masculina francesa. Un sentimiento de perplejidad predomina todavía sobre la irritación, pero la segunda gana posiciones a medida que Cresson da pruebas de su carencia de pelos en la lengua, lo que la oposición llama su "lengua verde de vendedora de pescado".

François Mitterrand aplaude el estilo de Cresson y afirma que su combinación de fogosidad y pragmatismo, su actitud arremangada ante las dificultades, su tenacidad y franqueza, son atributos "muy femeninos". El publicista Jacques Seguela, artífice de las exitosas campañas electorales del presidente socialista, es de la misma opinión. Cresson, dice, sólo puede superar su actual impopularidad si continúa siendo "ella misma". Seguela cree que las formas de Cresson que hoy tanto molestan terminarán siendo sus grandes armas de seducción.La primera mujer en la historia de Francia que ocupa el Hotel Matignon es una luchadora y se defiende de las acusaciones a puñetazos verbales. Golpea en primer lugar a aquellos que han incurrido en comentarios groseros, como aquel diputado conservador que la llamó la Pompadour del régimen socialista". Ese tipo de frases prueban "el peso del machismo" en la sociedad francesa, protesta Cresson, de 58 años de edad.

Sobre la jefa del Gobierno comienza a llover el apoyo de sus congéneres. La escritora y ex ministra de Cultura Françoise Giroud cree que en las críticas a Cresson hay "mucha misoginia y mucha obscenidad de machos exhibiendo como monos sus genitales". Giroud es con Marguerite Duras y Françoise Sagan una de las autoras más populares del país. Anne Sinclair, la periodista estrella de la cadena televisiva TF-1, se declara "solidaria" con Cresson.

Compañera sentimental del nuevo ministro de Industria, Sinclair pertenece a ese grupo de mujeres que han alcanzado el poder en los medios de comunicación franceses bajo la larga presidencia de Mitterrand. Michelle Cotta, directora de los servicios informativos de TF-1, y Christine Ockrent, presentadora y reportera de Antenne 2, forman parte del grupo y son grandes profesíonales.

Premonición y cotilleos

"'Cada vez que una mujer alcanza un puesto importante se dice que lo ha conseguido acostándose con un hombre", declaró Cresson unas semanas antes de ser nombrada primera ministra. Fue una premonición. Su nombramiento resucitó viejos cotilleos. "Hay muchos rumores afirmando que Cresson fue la amante de Mitterrand", ha declarado la periodista norteamericana Flora Lewis a la cade na televisiva ABC.

Cresson cree que los "intelectuales parisienses" se han aliado en su contra con los "machistas recalcitrantes". Los círculos de la rive gauche están, en verdad, desconcertados. Esta hija de la burguesía convertida al mitterrandiano es imposible de catalogar. Puede defender las relaciones extraconyugales de hombres o mujeres, pero luego emite opiniones peyorativas sobre los homosexuales o lamenta que los ingleses no piropeen a las mujeres por las calles.

Para encontrar en la historia de Francia una mujer con el poder de Cresson hay que remontarse a la bella y enérgica Ana de Austria, regente entre 1643 y 1651. Desde entonces y hasta tiempos muy recientes, la política francesa había seguido siendo un santuario masculino.

Una vez, Mitterrand dijo que Margaret Thatcher tiene Ios ojos de Calígula y la boca de Marilyn Monroe". No hubo la menor misoginia en el comentario. Al contrario, a Miterrand le encanta dar responsabilidades a las mujeres y las que escoge son generalmente de buen ver, y siempre elegantes y eficacísimas.

En el Gabinete presidido por Cresson se sientan otras cinco ministras. Martine Aubry, de 41 años, hija de Jacques Delors, en la cartera de Trabajo. Aubry tiene un rostro redondeado y un verbo cortante, ojos ardientes y mirada de hielo. Cuando sonríe es encantadora, pero eso ocurre poco.

Elisabeth Guigou comparte con Aubry un cerebro de primera y una infatigable capacidad de trabajo. Pero la ministra de Asuntos Europeos, de 44 años, también sabe utilizar la atracción física que, despierta en los hombres. "En un medio masculino lo importante es hacerse notar, y ahí una mujer bonita tiene ventaja", suele decir la ministra.

Es un comentario compartido por su jefa directa. En una entrevista a la revista Contemporaine, Cresson afirmó: "Ninguna mujer fea puede triunfar en esta vida". Para tranquilidad de sus congéneres añadió de inmediato: "Ya no hay mujeres feas. Hoy cualquier mujer puede sacar un enorme partido de sus cualidades fisicas o espirituales".

Ministra embarazada

Si Martine Aubry es la eficacia dura y Elisabeth Guigou la eficacia sexy, Frédérique Bredin es la eficacia sonriente del Gabinete. Pequeña, vivaz y simpática, la ministra de Juventud y Deporte tiene sólo 34 años, afirma que una de sus satisfacciones personales es haber conseguido llevar a Mitterrand a un concierto del grupo pop Rita Mitsouko y sueña con la posibilidad de convertirse en la primera francesa que espere un hijo sentada en una poltrona ministerial.

Las francesas constituyen el 53% del cuerpo electoral del país y han ganado en las últimas dos décadas más independencia, libertad y poder que en todos los siglos precedentes. Hoy representan el 42% de la población laboral activa -10 millones de trabajadoras-, y defienden su trabajo al tiempo que proclaman que la maternidad es "el momento más importante" en la vida de una mujer.

Están en todas partes. También al frente de las grandes empresas. A Martine Lafforgue, una simpática rubia de menos de 40 años, le encanta que la prensa la llame Ia mujer moderna último modelo". La directora general de Moulinex no encuentra "ninguna contradicción" entre Ia eficacia y la afectividad", "el hecho de ser empresaria y ama de casa".

Lafforgue ha resucitado en menos de cuatro años el número uno francés de los electrodomésticos. ¿Su secreto? "Me gustan los aparatos que cualquiera puede hacer funcionar sin necesidad de leer las instrucciones".

Pragmatismo, eficacia, franqueza, resistencia y seducción son las palabras que vuelven una y otra vez a la hora de calificar a las francesas que triunfan. El secreto de su éxito quizá pueda ser explicado a partir de una confesión de la primera de ellas. Cresson reconoce que se, le saltan las lágrimas cuando, en la pieza teatral de Edmond Rostand, Cyrano dice a Roxane: "Yo os creía princesa, pero vos sois heroína". Son todas heroínas.

Edith y los homosexuales

Los movimientos franceses de defensa de los derechos de los homosexuales están que arden con Cresson. "Un hombre que no se interesa por las mujeres me parece extraño", afirmó la primera ministra a la televisión norteamericana ABC. Para no dejar dudas, Cresson añade que la heterosexualidad es "lo mejor", y califica de "diferente" y "marginal" la homosexualidad. Es entonces cuando precisa que la homosexualidad "está más presente" en el mundo anglosajón que en el latino.La asociación Gais por las Libertades, próxima al poder socialista, ha expresado su "profundo disgusto" por tales comentarios. "A los homosexuales de Francia y de todo el mundo les importan un rábano las pulsiones, los fantasmas y las obsesiones sexuales de la primera ministra", dicen en un comunicado. "La homosexualidad, prosigue, "no debe ser objeto de ninguna discriminación, y son los camaradas de la señora Cresson los que adoptaron una ley al respecto".

Afirmar que la homosexualidad no forma parte de la tradición latina, remata ese movimiento, es "absurdo" y "escandaloso". Y "para no citar más que escritores muertos", y recuerda los nombres de Proust, Gide y Cocteau.

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