La Administración debe reducir el grado de intervención sobre las empresas, según Aranzadi

El ministro de Industria, Claudio Aranzadi, manifestó ayer en la clausura del curso sobre empresa pública de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que la Administración debe reducir la intervención en la asignación de recursos a las empresas y reseñó que son éstas las que tienen la responsabilidad de especializarse y no la Administración. La intervención estuvo caldeada por las críticas realizadas previamente por el catedrático Julio Segura.

, El catedrático de Economía aseguró que la política industrial que está llevando a cabo el Gobierno es insuficiente.El ministro aseguró, por su parte, que "la tentación del intervencionismo y del arbitrismo es muy grande porque muchos quieren que así sea", en clara alusión a las posturas que mantienen todas las empresas individualmente y a nivel colectivo desde la patronal. "Son reclamaciones de aumentar el presupuesto para que se ayude a las empresas", dijo Aranzadi.

El titular de Industria señaló que la orientación industrial del Gobierno actualmente es crear un marco abierto, más competitivo y más regulado. Según sus palabras, la regulación debe entenderse en cuanto a seguridad industrial, y los sectores que no requieran esa seguridad deben someterse a la responsabilidad de los propios agentes que en ellos actúan, es decir, las empresas. La política industrial, según Aranzadi, debe estar definida y acotada, y la regla debe ser la posibilidad de que las empresas puedan actuar con suficiente libertad. La excepción es, por el contrario, la intermediación o intervencionismo del Gobierno.En cuanto a esta política industrial, el ministro defendió la existencia de programas horizontales (como los de innovación tecnológica, calidad industrial, diseño industrial, plan de internacionalización de la economía española). La horizontalidad, según Aranzadi, es el eje de la política industrial.

Política selectiva

.El ministro dedicó una gran parte de su intervención a contestar las opiniones expuestas anteriormente por Julio Segura. Según el catedrático de Economía y presidente de la fundación Empresa Pública, que fue el director del curso celebrado durante toda la semana en la UIMP, "es necesario hacer una política [industrial] más selectiva en vez de distribuir una cantidad que es insuficiente para obtener una masa crítica".

Julio Segura, mantuvo también que la política indústrial debe perseguir además otros tres objetivos: concentración de capital de manera que vincule la entrada de capital extranjer con la salida de capital nacional; que la política de comercialización de la Administración ayude a crear redes comerciales y marcas para competir en el exterior y en el interior; y, por último, aprovechar las ventajas que ofrecen los pocos grupos industriales que hay en España, en concreto los que forman el Instituto Nacional de Industria (INI) y el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH).

Aranzadi no quiso, en ese sentido, dejar pasar la oportunidad de recalcar el papel que juegan el INI y el INH en el tejido industrial español cara al mercado único. Tras afirmar que es innecesario discriminar entre empresa pública y privada, y que lo relevante es instrumentar una determinada política a través de grandes grupos, dijo que los dos grupos empresariales públicos tienen sus propias estrategias definidas.

El INH -a través de Repsol y de la nueva empresa gasista formada entre Enagás y Catalana de Gas- se ha convertido en un competidor de primer orden a nivel europeo y el INI, un conglomerado industrial presente en variados sectores, tiene el reto de gestionarse como un grupo autosuficiente desde el punto de vista financiero al independizarse de los presupuestos generales a partir de 1993.