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EL FUTURO SOVIÉTICO

Diferencias mínimas sobre las START se interponen en la cumbre de Moscú

Antonio Caño

Los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos y la Unión Soviética no habían conseguido todavía ayer avances suficientes para fijar una fecha de la reunión entre los dos presidentes. Sólo un 1% de las dificultades técnicas había sido superado, según James Baker."Si hace una semana teníamos completado el 96% -del Tratado sobre Limitación de Armas Estratégicas (START)-, hoy tenemos el 97%", dijo el secretario de Estado norteamericano al término de la primera ronda de negociaciones, en la noche del jueves. Ayer estaba prevista una segunda sesión de trabajo con su colega soviético, Alexandr Besmértnij.

Los dos ministros confiesan estar atrancados en temas tan técnicos que a veces confunden a los propios negociadores. Tres puntos relacionados con el acceso a la información de los misiles contrarios, el tipo de cohetes no cubiertos por el tratado y el número de cabezas nucleares que puede transportar cada arma, mantienen bloqueado el acceso a una cumbre en Moscú para finales de este mes. El Tratado sobre Limitación de Armas Estratégicas permitirá la reducción del 30% del arsenal de misiles de largo alcance de ambos países.

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Estados Unidos ha advertido claramente que la firma del START es condición imprescindible para que esa reunión pueda celebrarse. La posición norteamericana ha sido tan firme en este sentido que se ha presentado el acuerdo START como el precio que Moscú tendría que pagar para que Washington respalde la ayuda económica occidental a la Unión Soviética.

El presidente norteamericano, George Bush, desmintió el pasado jueves, al término de su reunión con el primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, que exista alguna relación entre las negociaciones sobre desarme nuclear y la ayuda económica a la Unión Soviética. "Cada tema es importante por sí mismo. No es cierto que estén acelerando el START para conseguir dinero", afirmó Bush.

Hay que "acabar el trabajo"

Tanto Baker como Besmértnij aseguraron que tienen instrucciones de su Gobierno para "acabar el trabajo" en Washington, pero reconocieron antes de iniciar la reunión de ayer que "todavía queda mucho por hacer". "Tenemos la idea, tenemos la autoridad y tenemos el deseo de acabar", afirmó Baker. Los dos principales negociadores insisten en que no existen diferencias políticas entre las dos partes, sino meras trabas técnicas, aunque tan complejas que ellos mismos no las consiguen entender del todo.

Una de las principales diferencias está relacionada con los mecanismos para asegurarse que la otra parte no desarrolla programas nucleares prohibidos por el tratado. Los dos bandos quieren disponer del mayor acceso posible a la información sobre las pruebas nucleares del otro.

Otro problema es cómo definir qué tipo de misil se aparta de las limitaciones impuestas por el START, así como precisar el número de cabezas nucleares autorizadas. Sobre los dos aspectos existen aún divergencias.

La reiteración de detalles técnicos no impide ver la intención de ambos bandos por sacar ventaja en esta recta final de las negociaciones.

Estados Unidos, que conoce el interés de Moscú por la ayuda económica occidental, quiere forzar el brazo de los soviéticos para obtener compensaciones en el terreno militar y de la información. La URSS, que sabe que tiene que hacer concesiones en el START, pretende hacerlo al mejor precio posible.

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