Recuerdo de Orwell
Me viene a la memoria un libro que leí hace algunos años, Rebelión en la granja, de George Orwell. En él se relata la explotacíón y malos tratos que los amos de una granja hacían con los animales. de la misma, utilizando, cuando alguno se desmandaba, la fuerza coactiva materializada en grandes perros guardianes que sofocaban cualquier intento de levantamiento.Un día los animales se unieron bajo el acaudillamiento de los cerdos y consiguieron vencer a los hombres, echándolos de la granja. Hubo tiempos de ilusión y esperanza en aquella granja, pero todo se quedó en ilusión. Con el poder en sus manos y con el transcurso del tiempo, los cerdos olvidaron sus ideales y sus promesas, aprendieron a caminar erguidos, como los hombres, a comer en sus mesas, a utilizar la casa grande, aquella en la que no hacía mucho ellos mismos habían sufrido alguna reprimenda y, lo peor de todo, amenazaron con la misma fuerza coactiva (los grandes perros) que antes utilizaron los hombres al resto de los animales, eso sí, cuando hubiere "fundadas sospechas" o "indicios", qué detalle, de desviación en el comportamiento.
Qué lejos estaban los días de las grandes declaraciones, de la formación de aquellos solemnes documentos donde se plasmaban los derechos y libertades que configurarían un espacio acotado e inmune a injerencias de los poderes públicos, del establecimiento de las garantías que los protegerían, como aquella que decía que: "... sólo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse el ejercicio de tales derechos y libertades".
Ya no se requería la circunstancia de flagrante delito para que los perros pisotearan la intimidad de los animales de aquella granja, sólo bastaba que aquéllos olfatearan (sospecharan) según su subjetivo parecer algún hecho fuera de lo normal.
La verdad, no sé cómo me ha venido este libro a la memoria precisamente en estos días.-
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