Abuso administrativo
Hace unos días aparecía en la sección de Cartas al Director de EL PAÍS una queja por el trato que estamos recibiendo los vecinos de la calle de Rafael Calvo en cuestión de aparcamiento. En ella se explicaba que sufrimos la instalación, en un tramo no superior a 200 metros, de la Dirección General de la Policía y de un organismo de la Comunidad de Madrid, que ocupan entre ambos más de 50 plazas de aparcamiento. Por esta causa, el sitio para aparcar nuestros coches particulares es numéricamente insuficiente: en 100 metros -sumando ambas aceras- tendríamos que aparcar más de 100 coches, tirando por lo bajo.La Policía Municipal, para más recochineo, se encargó el pasado viernes día 7 de retirar con la grúa los coches estacionados en zona de carga y descarga a las cuatro de la tarde. Pregunto a las autoridades, con toda mi buena intención dónde demonios piensan que podemos aparcar cuando vamos a comer a nuestras casas. También pregunto a quién molestaban esos coches, ya que es evidente que a esa hora no se carga ni se descarga nada porque los establecimientos están cerrados.
En mi modesta opinión, he aquí una de las actuaciones de la Administración que conducen a la tan denostada abstención electoral: comprobar día tras día y en actitudes continuadas que los ayuntamientos, comunidades y demás instancias estatales buscan su comodidad a costa de fastidiar al ciudadano indefenso
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