Acuerdo innovador

LOS TRES sindicatos mayoritarios del profesorado de la enseñanza pública no universitaria -Comisiones Obreras, UGT y ANPE- acaban de suscribir un acuerdo retributivo con el ministro de Educación y Ciencia, Javier Solana, que por el talante negociador que lo ha presidido y algunos de los matices que lo acompanan trasciende su estricta dimensión económica y salarial. Con una vigencia de cinco años y seis ejercicios presupuestarios, el acuerdo implica mejoras salariales importantes que, como los propios sindicatos reconocen, aproximan las condiciones económicas del profesorado español a las del resto de sus colegas europeos. La subida media para los 130.000 profesores afectados por el acuerdo será de 30.000 pesetas mensuales en el periodo de cinco años, lo que tendrá un coste global de 40.000 millones de pesetas.Tales incrementos son compatibles con los que se produzcan con carácter general por la vía de los presupuestos, así como los que, en su caso, se deriven de la revisión salarial compensatoria de la desviación que pueda producirse en el IPC.

Pero lo verdaderamente significativo en este punto es que los sindicatos ofrecen, en contrapartida, un compromiso activo de los profesores para contribuir a la mejora de la calidad de la enseñanza, que es el gran objetivo del proceso de reforma del sistema educativo abierto por la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). La creación de un complemento salarial por cada seis periodos de permanencia en la función docente, de cuantía progresiva y acumulable, se vincula en el acuerdo a la efectiva participación de los profesores en actividades de actualización y formación permanente que podrán realizar individualmente y en equipos pedagógicos. Ello significa una iniciativa novedosa en la función pública, que merecería ser imitada en todos sus ámbitos.

De otro lado, no puede desconocerse que el acuerdo se consigue cuando el entendimiento entre el Gobierno y las dos grandes centrales sindicales se hace difícil en otros terrenos. Nada tiene de particular, pues, que cuando las centrales CC OO y UGT descalifican globalmente la política social del Gobierno pongan casi siempre como ejemplo excepcional al departamento de Educación. Sin embargo, las dos centrales no deberían olvidar que si Educación consigue llegar a acuerdos que tienen implicaciones económicas, ello significa obviamente que cuenta con el apoyo del Gobierno y de su equipo económico.