Condenados dos hospitales franceses por utilizar sangre infectada con sida
El Tribunal Administrativo de Marsella condenó ayer a un hospital de la propia Marsella y a otro de Toulon a indemnizar cada uno de ellos con 300.000 francos (casi seis millones de pesetas) a una persona que, herida de bala por unos atracadores, resultó infectada con el virus del sida al realizarle una transfusión de sangre en 1984.La sentencia considera que los dos centros médicos no son culpables de negligencia alguna, puesto que la ley no les obligaba entonces a realizar análisis que garantizasen que la sangre no estaba contaminada, pero sí les califica como responsables del grave daño causado a Olivier Nothelfer, la víctima de los atracadores.
En octubre de 1984 los organismos médicos internacionales manifestaron su confianza en determinadas técnicas de calentamiento de la sangre para evitar la transmisión del virus del sida a través de transfusiones. En Francia, dichas técnicas no pasaron a ser obligatorias hasta el año siguiente. Además, el Centre National des Transfusions Sanguines (CNTS) puso en circulación sangre sabiendo que estaba contaminada porque la ley no le obligaba ni a analizarla ni a calentarla, según se desprende de los documentos del doctor Garretta, director del CNTS en aquella época y hasta hace pocos días, publicados por el diario Libération.
Para el presidente de la organización que agrupa en Francia a personas que precisan de transfusiones periódicas la sentencia de Marsella "supone una victoria en un paisaje lleno de amigos muertos".
La sentencia de Marsella permite a los dos hospitales iniciar un proceso contra terceros, considerando que la responsabilidad a la que hace alusión en el fallo debe buscarse más arriba.
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