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Rodriguez Colorado consultó a sus superiores las explicaciones que tenía que dar al juez Garzón

El director general de la Policía, José María Rodríguez Colorado, declaró ayer ante el tribunal que cuando el juez Baltasar Garzón le preguntó sobre los gastos del viaje a Portugal de José Amedo consultó con sus superiores hasta donde podía explicar y sólo fue autorizado a decir que la visita se hizo con cargo a los fondos reservados. Rodríguez Colorado dijo no tener constancia de que Amedo "desviase" esos fondos para contratar mercenarios.

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El máximo responsable de la policía manifestó que tanto Amedo como Domínguez eran funcionarios "competentes" y dijo que llegó a esa conclusión como consecuencia de los dos expedientes disciplinarios que abrió contra Amedo, preocupado por la mala imagen que su conducta pudiera acarrear a la policía.Uno de los expedientes fue incoado para investigar los excesivos gastos del agente en los casinos en relación con su sueldo de funcionario y un segundo, cuando Amedo ingresó en prisión. Según Rodríguez Colorado, Amedo justificó todos los gastos que la prensa había achacado al juego. Rodríguez Colorado dijo haber recabado la información de los mandos de Amedo porque él no estaba al frente de la policía cuando ocurrieron los hechos.

El director general de la Policía, al igual que los otros funcionarios, se negó a responder a cualquier cuestión relacionada con los fondos reservados. Una fase del interrogatorio transcurrió de la siguiente manera:

Miguel Castells: El comisario Hierro afirma que entregó a Amedo 90.000 pesetas para viajar a Portugal. ¿Quién hizo llegar esa cantidad al señor Hierro?

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Rodríguez Colorado: En materia de fondos reservados no voy a contestar.

M. C.: Señoría, solicito que se imponga al testigo una multa de entre 100 y 1.000 pesetas por negarse a contestar.

Presidente: Señor Castells, el testigo ostenta la condición de funcionario y no tiene obligación de declarar de aquéllo que conoce por razón de su cargo.

También negó conocer a Francisco Paesa, el tercer procesado en la causa, que está declarado en rebeldía, así como que éste tuviera vinculación con el Ministerio del Interior. Acerca de las investigaciones policiales respecto a los GAL, José María Rodríguez Colorado afirmó que sólo ha habido actuaciones a requerimiento de las autoridades francesas. A este respecto se produjo el siguiente interrogatorio.

Miguel Castells: ¿Sabe si existió una investigación por la policía sobre la organización GAL?

Rodríguez Colorado: En mi etapa hemos atendido a los requerimientos de las autoridades francesas sobre ese grupo y hemos hecho algún detenido.

M. C.: ¿Le constan los medios de financiación de los GAL?

R. C.: En absoluto.

M. C.: ¿Y los medios que tiene para obtener armas?

R. C.: Los desconozco.

M. C.: ¿Conoce su estructura?

R. C.: No la conozco.

El comisario Antonio Rosino, otro jefe de Amedo en Bilbao, declaró que el proceso contra el policía "es una de las mayores injusticias que se han cometido en este país". "Amedo ha tenido muy mala suerte. Estoy absolutamente seguro de que tanto él como Domínguez no han cometido delito alguno", dijo.

Rosino reconoció que Amedo no tenía autorización para dedicarse a las actividades inmobiliarias a las que el procesado atribuyó en la segunda sesión del juicio los ingresos extraordinarios que le permitían llevar su alto nivel de vida. Sin embargo, trató de restar importancia al tema, ya que, dada la ejemplaridad de su subordinado, "cualquiera hubiera hecho la vista gorda".

El tratamiento dispensado a Amedo por Rosino dio pie a que le preguntaran porqué al principio no había expresado su amistad con el policía. El comisario dijo que tiene amistad con todos los jefes de grupo, "con la diferencia de que, como Amedo ha tenido tanta mala suerte, uno debe volcarse más con él".

Mercedes Biforca, una de las mujeres que acompañó a José Amedo y Michel Domínguez en un viaje a Madrid en noviembre de 1987 y se alojó con ellos en el hotel Pintor aseguró, a preguntas del defensor Gonzalo Casado, que la ex novia de Amedo, Inmaculada Gómez, le había confesado que "Amedo la había hecho daño" y ella quería hacer al policía "todo el daño que pudiera". La testigo añadió que Gómez mantiene su resentimiento hacia Amedo.

El periodista portugués Celestino Amaral explicó que se había entrevistado dos veces con el mercenario Paulo figueiredo, actualmente condenado en Francia a 15 años, y éste le aseguró que fue contratado por dos policías llamados Ricardo y Eduardo. El mercenario, según Amaral, identificó sin coacción a Amedo como Ricardo y a Domínguez como Eduardo, y fue contratado para secuestrar a una persona considerada peligrosa por la policía, pero después se le ofreció más dinero por asesinarla.

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