Redondo rechaza el método, el contenido y el calendario del plan de competitividad del Gobierno

El secretario general de UGT, Nicolás Redondo, rechaza el fondo, el método y el calendario del pacto de competitividad propuestos por el Gobierno. Ayer dejó claro que con ese contenido "está condenado al más absoluto de los fracasos"; no acepta tampoco que el Parlamento condicione la negociación y, en cuanto a la pretensión del ministro de Economía, Carlos Solchaga, de cerrar un acuerdo para septiembre, anunció que UGT se tomará semanas, e incluso meses, para reflexionar.

Las descalificaciones que ayer hizo públicas el líder ugetista son innumerables y, entre otras cosas, dijo que es "una bilbainada" [una fanfarronada], afirmar que "el pacto no perjudica a nadie y beneficia a todos". tal como se dice en el texto enviado por el Ejecutivo al Parlamento.Su opinión, por el contrario, es que la propuesta gubernamental se limita a "incentivos fiscales para los empresarios y restricciones salariales", mientras que no incluye temas como la política industrial, lo único que, a juicio de Redondo, puede hacer más competitiva la economía española dé cara al reto del mercado único europeo. Por dos veces repitió que el pacto, con el contenido actual, está condenado al más estrepitoso de los fracasos.

En este aspecto ayer obtuvo el compromiso de los dirigentes de Izquierda Unida de incluir la política industrial en la alternativa que ese grupo parlamentario va a elaborar tomando en cuenta las propuestas de UGT y las que CC OO les plantee en un encuentro que van a mantener mañana.

El rechazo de UGT al método de negociación también es compartido por IU y su coordinador general, Julio Anguita, manifestó ayer tras su encuentro con Redondo que no apoyarán en el Parlamento ningún pacto que vaya en detrimento de la capacidad negociadora de las centrales sindicales. "No vamos a suplantar a los sindicatos", añadió.

Con el objetivo de que no haya equívocos, Nicolás Redondo, advirtió que sólo habrá acuerdo si el contenido merece la pena y no admitirá ningún otro condicionante. "Sobran las amenazas", dijo, "corno los anuncios de que se reducirá el gasto público y se subirán los impuestos".

El calendario propuesto por el Gobierno no es menos conflictivo. El máximo dirigente ugetista anunció que para elaborar su propuesta los sindicatos se van a tomar el tiempo necesario "semanas o meses para reflexionar", ya que el Gobierno ha tardado año y medio. Después, UGT contrastará su oferta con economistas independientes y de diferentes opciones políticas en unas jornadas de debate en las que los especialistas expondrán su concepto sobre la competitividad. Es insólito, en su opinión, que se pretenda llegar a un acuerdo tan complejo en tan poco tiempo. Y más insólito le parece que "en una situación que no es de emergencia" se pretenda un consenso con los partidos del arco parlamentario, los sindicatos y la patronal. "Eso sólo puede ocurrir en el paraíso o en un país tercermundista", afirmó.

Redondo tiene claro que el Gobierno persigue "un aval por tres años" a su política económica y demanda otra vez un giro a la izquierda. Si ese giro no se produce, entiende que el Ejecutivo socialista debe asumir sus responsabilidades, porque los sindicatos no se consideran responsables del "caos en la vivienda, la desindustrialización y la venta de empresas al capital extranjero".

Izquierda Unida comparte algunas tesis del sindicato y el diputado Nicolás Sartorius anunció que no van a apoyar en el Parlamento el documento del Gobierno, porque no plantea los problemas reales de la competitividad, es insuficiente y "trata de encajonar a las fuerzas sindicales". Para el coordinador general de IU, Julio Anguita, se trata de la eterna propuesta del Gobierno". En esta misma semana puede hacerse público el documento alternativo de la coalición, que es una compilación del programa electoral de 1989 y de la Propuesta Sindical Prioritaria.

Respecto al método, Alonso Puerta, presidente del PASOC, señaló: "La intención del Ejecutivo es corresponsabilizar a los partidos políticos del fracaso de su política económica y aislar a las fuerzas sociales". El documento, para Puerta, es poco solvente y lejano a la realidad. Los líderes de la coalición coincidieron en que su postura no es negativa por principio, sino con argumentos que expresarán en un documento alternativo.