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La familia Coca intenta recuperar el Miró y el Picasso puestos a subasta

Las obras ya fueron retiradas de la venta pública anteriormente

Los herederos del financiero Ignacio Coca -en particular su viuda Silvia Moroder y su hijo Borja- han emprendido una obstinada lucha por recuperar los cuadros Mujer y pájaro en la noche, de Joan Miró y La araña de mar, de Picasso, que están a punto de salir a subasta el próximo martes 18 en Madrid por la firma Edmund Peel & Asociados, puestos a la venta por el que ellos consideran un usurpador de la titularidad de dichos cuadros. El cuadro de Miró está evaluado en 220 a 280 millones de pesetas y el de Picasso en 180 y 220 millones. "Nosotros nunca intentamos vender ninguno de esos cuadros, sólo los dejamos en depósito" dice Borja Coca.

La historia, según Borja Coca, es la siguiente. Los herederos de Ignacio Coca tomaron contacto con un banco tejano para obtener un préstamo. El banco los puso en contacto con un ganadero de Kentucky, de nombre J. T. Lundy -nunca les dieron a conocer el significado de las iniciales- para que éste les hiciera el préstamo y los Coca pusieron como garantía los citados cuadros de Miró y Picasso, comprados por Ignacio Coca en los años 1978 y 1977, respectivamente. Los cuadros fueron depositados entonces en la caja fuerte de una empresa de transportes urbanos en Madrid. '"Finalmente fue el propio banco el que nos concedió el préstamo, que ya hemos cancelado. Nosotros no tuvimos ni tenemos la intención de vender o deshacernos de esos dos cuadros de nuestra colección", dice Borja Coca. Al parecer, J. T. Lundy, un ciudadano norteamericano dedicado a la cría de caballos, no ha visto el miró y el picasso que se ha puesto a la venta en Madrid, y toda la operación se ha hecho a través de su abogado en Estados Unidos. "Ni siquiera hemos visto a J. T. Lundy -el supuesto dueño actual de los cuadros- ni tratado directamente con él. No sabemos siquiera si existe realmente", dice Coca.La casa de subastas Edmund Peel & Asociados intentó subastar los cuadros el pasado 25 de abril, pero fueron retirados a última hora porque pocas horas antes los Coca habían puesto una querella criminal en el tribunal número 30 de Madrid. Los Coca y Peel habían discutido acerca de la titularidad de los cuadros desde un mes y medio antes de esa fecha y los cuadros se encuentran en custodia de los subastadores desde que aceptaron venderlos en consignación.

La casa de subastas ha esperado el dictamen del juzgado hasta finales de la semana pasada; el juzgado ha desestimado la demanda, y no ha esperado más para poner nuevamente a la venta los cuadros el próximo día 18.

Edmund Peel manifestó el lunes que la retirada de los cuadros de la subasta el 25 de abril los había perjudicado mucho y que no descartaban reclamar responsabilidades por vía legal. "Nosotros garantizamos al comprador que quiera adquirir estos cuadros que tendrá un buen título de los mismos, y que no habrá recursos que valgan", dijo Peel.

Represalias

"Edmund Peel no puede tomar represalias porque somos nosotros los perjudicados", ha dicho Borja Coca. "Lo que no queremos es que encima haya otras víctimas entre los postores a esos cuadros porque nosotros vamos a continuar con nuestra demanda". Ellos enviaron el martes día 11 un requerimiento notarial a Edmund Peel, insistiendo en recuperar los cuadros, y en el que le comunican también que intentarán la vía civil para reclamar su titularidad. "El juez sólo ha dictaminado que no hay delito criminal pero 'sin perjuicio de que diluciden ulteriores problemas de interpretación por la vía civil'. No sé qué empeño puede tener Peel en continuar con esta venta si la situación no está nada clara".Edmund Peel ha afirmado que ya tiene varias ofertas de compra para el cuadro de Miró, una obra que tiene muchas posibilidades de salir hacia una colección extranjera; aunque no sucede lo mismo con el picasso, que ha sido declarado inexportable.

José de Paz, consejero delegado de Edmund Peel & Asociados, dijo ayer que se reafirman en su propósito de poner a subasta los cuadros, porque desde un primer momento han confiado en la validez del contrato de compra-venta firmado entre Lundy y los Coca. "Vimos ese contrato y en ningún lugar aparece que los cudros fueran una garantía o un depósito de ningún tipo, y luego el juez ha confirmado su validez", dice José de Paz. "Los únicos que se empeñan en continuar con esto son los señores Coca y por muchas querellas que pongan difícilmente podrán demostrar que no vendieron los cuadros al señor Lundy".

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