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DEMOGRAFÍA

Japón se convertirá, antes de terminar la década, en el país con más ancianos del mundo

Japón está envejeciendo mucho más rápidamente de lo que las propias autoridades habían previsto debido a un cada vez más preocupante descenso de la tasa de natalidad. De seguir a este ritmo se convertirá a principios del próximo siglo en el país con más ancianos del mundo y obligará a una mayor atención pública con el con siguiente impacto directo en la estructura social y en la economía nacional.

Las últimas estadísticas que acaba de divulgar el Ministerio de Salud y Bienestar Social revelan que antes de que termine la presente década la población anciana rebasará por vez primera a la infantil. Según estos datos, el número de personas con edad superior a los 65 años habrá pasado de casi 15 millones en la actualidad a más de 20,2 millones en 1999 en comparación con 19 millones que se calcula sumará la población de niños menores de 15 años.Esta inversión se producirá nueve años antes de lo que las anteriores estimaciones oficiales adelantaban como consecuencia del progresivo descenso de nacimientos. La tasa de natalidad fue en 1990 de 1,53 en comparación con 1,57 en 1989 y 1,48 que está previsto sea en 1993. El número de nacimientos que se registran en Japón ha experimentado un notable descenso en las últimas cuatro décadas. En 1947 el promedio de hijos era de 4,54 y en 1973 bajó ya a 2,14 coincidiendo con el fuerte desarrollo económico. Se calcula que el índice debe de estar por encima del 2% si un país quiere mantener estable la población.

Japón tenía hasta el 1 de octubre de 1990 un total de 123,61 millones de habitantes. Según las estadísticas la población ascenderá hasta un techo de 129,45 millones en 2010 y a partir de allí empezará a descender y es previsible que se sitúe en menos de cien millones en el año 2069 si no se altera la tendencia. Mucho antes, en el 2010, se convertirá en el país con más ancianos del mundo por delante de Suecia y Suiza.

Fomentar la natalidad

Esta circunstancia preocupa a las autoridades niponas por el impacto que tendrá en la economía nacional debido al fuerte coste económico que generará la mayor atención social de una población anciana y la escasez de mano de obra. El Gobierno estudia diversas medidas que puedan alterar el presente curso y permitan fomentar más el número de nacimientos. Algunas de las ideas que se barajan son establecer mayores subsidios y beneficios fiscales a las familias con más de un hijo o promover la creación de más guarderías para hijos de mujeres trabajadoras.Sin embargo, las organizaciones sindicales y asociaciones feministas ponen en duda el efecto de esas eventuales medidas y sostienen que los subsidios familiares no alentarán por sí solos a las mujeres japonesas a tener más hijos si no se afrontan factores más serios como son las pequeñas dimensiones de las viviendas, la escasez de centros de atención infantil o el alto coste y competitividad del sistema educativo.

El actual ministro de Finanzas, Ryutaro Hashimoto, uno de los políticos que aspira a la jefatura del gobierno y que tal vez lo logre en los próximos meses, realizó el año pasado unas controvertidas manifestaciones al respecto que más tarde matizó. Hashimoto achacó el descenso de la natalidad a la política del gobierno de alentar la formación universitaria de las mujeres. Sin atreverse a decirlo, el ministro sugirió que había llegado la hora de que las japonesas pusieran de nuevo más atención en sus obligaciones domésticas.

Se estima que actualmente más de un tercio de las mujeres japonesas prosigue estudios de dos o de cuatro años en colegios universitarios, una proporción sensiblemente mayor que en 1970 cuando apenas el 15% de féminas decidía ir a la universidad. La edad promedio de casamiento es ahora de 25,5.

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