El tumulto
Ray Heredia y La Barbería del SurRay Heredia: Ray Heredia (voz, guitarra, teclados), María Heredia (voz), Antonio Santos (bajo), Fermín Villaescusa (teclados), José Salvador (guitarra eléctrica), Fernando Bermúdez (batería), Chango (percusión). La Barbería del Sur: Pepe Luis Carmona (voz), José Miguel Carmona (guitarra, voz), Juan José Suárez Paquete (guitarra, voz), Enrique Heredia Negri (percusión, voz), Ramoncito (percusión), Antonio Ramos (bajo), Pau Martín (batería), José María Contreras (teclados), Nuria y Luisi Heredia (voces). 600 personas. Sala Revólver, Madrid, 6 de Junio.
Ciertamente los nuevos flamencos vienen pegando fuerte. Arrollando, avasallando. Por lo menos, si atendemos a la cantidad de decibelios con que cargan sus sistemas de amplificación. Como cualquier otro grupo de música actual.
En la música que hacen .tampoco se diferencian mucho de ellos. Y esto sí es grave. Aceptamos que el flamenco evolucione, que en la aldea electrónica en que vivimos los géneros se mezclan, se contaminan mutuamente, y vamos sin remedio hacia un mestizaje integrador. Pero en ese proceso hay muchos grados, y para el flamenco será válido hasta donde este arte no pierda las señas de identidad que le son propias. Porque traspasada esa línea sutil e imprecisa que separa lo flamenco de lo que no es tal, ya estamos en otra historia.
Ray Heredia y La Barbería del Sur se encuentran justamente en el punto ese en el que el flamenco, de donde ellos vienen, se diluye sin dejar prácticamente rastro. Sobre todo el primero, cuya música podría firmarla cualquier grupo de los miles que hacen música en cualquier lugar del mundo. Música pegadiza, fácil, casi discotequera, incluso agradable. Y sin embargo él, Ray Heredia, ha sido hasta ahora tocaor flamenco -y subrayo, hasta ahora-, su padre es bailaor y sus hermanas son o han sido bailaoras flamencas.
Los de La Barbería del Sur no han realizado aún una ruptura tan radical con lo jondo. Pero no les falta mucho, si atendemos a los que les oímos en este recital. En el disco que acaban de publicar, en cambio, Pepe Luis Carmona canta bulería por soleá de maravilla, con el mismo sabor que podría hacerlo un viejo cantaor de Jerez o de Triana. Porque ellos son miembros de tres grandes familias gitanas y flamencas: los Habichuela, los Porrina y los Carbonell. Pero, claro, en concierto, en una sala tremenda y poco confortable, con un público juvenil y bullanguero, estas cosas no pueden hacerse. Aquí lo que prevalece siempre es el tumulto.
Dicho todo lo cual, que conste que el público lo pasó bien, se divirtió y se puso marchoso. Pero estos jóvenes músicos, más que novísimos flamencos tendrían que ser calificados como los que están yéndose del flamenco.
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