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GENTE

Rafael G. Herreros

El sacerdote que negocia la entrega del 'narco' Pablo Escobar

¿Piensa llevar a Pablo Escobar a las puertas de la cárcel? "No, pienso llevarlo a las puertas del cielo", respondió el sacerdote Rafael García Herreros.Esta afirmación no parece estar hoy muy lejos de la realidad. De la mano de este sacerdote, Pablo Escobar, considerado uno de los más grandes criminales en la historia de Colombia, está a punto de conseguir algo que tal vez él mismo pensó que era imposible, el indulto moral. "Pablo no ha cometido todos los crímenes que se le atribuyen. De vez en cuando, un hombre pasa a ser el chivo expiatorio de todos los crímenes y todos los males; eso le ha pasado un poco a Pablo", dijo a este periódico García Herreros, el religioso más famoso y respetado de Colombia.

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Esperando a Pablo Escobar

Desde hace 36 años, a las siete de la tarde aparece en televisión en el programa El minuto de Dios. Un telón negro y una cruz rústica sirven de escenario para que el telepadre envíe mensajes, en los que mezcla palabras de esperanza, de fe y de caridad con algún que otro comentario político. Pero el pasado 18 de abril muchos telespectadores pensaron con triste resignación que a García Herreros le había llegado la hora de la demencia senil. Esa noche el sacerdote le pidió al mar respuestas a sus cavilaciones: "Quisiera hablar con Pablo Escobar a la orilla del mar... Me han dicho que quiere entregarse. Me han dicho que quiere hablar conmigo. Oh, mar... ¿qué debo hacer?".

Hoy, cuando sus gestiones de paz con los narcotraficantes están dando sus primeros resultados, todos le llaman el apóstol de la reconciliación. Incluso el ex presidente Alfonso López Michelsen le ha propuesto como candidato al Nobel de la Paz.

García Herreros tiene 82 años. Nació en el norte de Santander, una región famosa por sus hombres recios y tercos. De pequeño quiso ser militar, como su padre, pero finalmente cambió la discplina castrense por la disciplina espiritual. Sólo en el último mes, en el sinfín de entrevistas que ha concedido para contar sus encuentros con el jefe del más grande cartel de la cocaína, los colombianos han conocido la picardía y la risa traviesa de este sacerdote, que se define a si mismo como "un hombre de piedra".

El telepadre es también el campeón de las obras de caridad. Maneja, a través de una corporación, más de 20 proyectos de vivienda popular. Su programa bandera es el barrio Minuto de Dios, en Bogotá, donde viven 100.000 personas, y donde se han construido colegios, un museo de arte moderno y una universidad. Entre sus proyectos figura la creación de la Universidad de La Paz, cuyos alumnos serán los narcotraficantes arrepentidos que quieran estudiar. Pablo Escobar ya le anunció que piensa aprovechar los años de reclusión para convertirse en abogado.

Para financiar sus obras, García Herreros ha inventado un ingenioso método que aplica desde 1961: el banquete del millón. El sacerdote reúne a las reinas de la belleza locales, las viste con minifalda y delantal, y las pone a servir la mesa de banqueros e industriales, que pagan hasta 1.000 dólares (unas 100.000 pesetas) por una comida de pobres: pan y caldo.

Sencillo, ataviado a diario con un poncho blanco para protegerse del frío, rico entre los pobres, pues es dueño de una constructora, una productora de televisión, una emisora y una editorial, así es el cura que quiere llevar a las puertas del cielo a Pablo Escobar.

Más información en la página 4

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