Europa quiere seguir adelante por su cuenta

Obligada por los continuos retrasos sufridos por el proyecto estadounidense, Europa lleva ya varios meses pensando en cómo reconducir su programa espacial tripulado sin contar con los norteamericanos. En la cuneta se queda el laboratorio espacial que debía acoplarse en la estación Freedom y que formaba parte del proyecto Columbus.

A pesar de las buenas palabras, nadie niega que supone un descalabro importante, sobre todo en un momento en que los países que actúan de motor de ESA -Alemania y Francia- se están replanteando los gastos de su participación tanto en el Columbus como en el programa Hermes, ambos previstos para fin de siglo. En la actualidad el Hermes es el programa más conflictivo, ya que Alemania quiere reducir su participación en él. Este pequeño transbordador, que tiene previsto aterrizar en Almería, se ha quedado sin sitios dónde ir, dicen los más pesimistas, pero la ESA propone que sobre él se base la capacidad europea de ir al espacio y que su objetivo sea trasladar astronautas y equipos a la plataforma experimental visitable MTFF (Man Tended Free Flyer) uno de los dos elementos que sobreviviría del proyecto Columbus. El otro sería una plataforma en órbita sobre los polos, también para experimentos científicos. El conjunto 'Hermes-Columbus' recibirá probablemente un nuevo nombre.

España, que aporta este año la nada despreciable cantidad de 12.000 millones de pesetas a la ESA, no se ha planteado retirarse de estos programas no obligatorios en los que participa con un 4,5% (Hermes) y un 6% (Columbus). De hecho, los responsables españoles piensan aprovechar que. Noruega se ha descolgado del Hermes para obtener una participación mayor.

[La ESA comunicó ayer que se ha estropeado el gran satélite Olympus para comunicaciones experimentales y educativas, tras dos años en órbita].