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La URSS pide 25 billones de pesetas a Occidente

La Unión Soviética necesita una ayuda exterior procedente de Occidente y de las instituciones financieras internacionales por un total de 250.000 millones de dólares (más de 25 billones de pesetas) en los próximos cinco años para restructurar su economía y pasar a un sistema de libre mercado, según manifestaron anoche fuentes de¡ Fondo Monetario Internacional (FMI) citados por la agencia Reuter. Según estas fuentes, la exorbitante cifra, que supondría un promedio de ayuda a la URSS de entre 50.000 y 60.000 millones de dólares anuales en el próximo quinquenio, fue mencionada al director del Fondo, Michel Camdessus, por el asesor económico de Mijaíl Gorbachov, en una entrevista celebrada en Washington.

Primakov, que se entrevistó ayer, con el presidente norte americano, George Bush, forma parte de una delegación económica de alto nivel que está explicando a diversos dirigentes e instituciones norteamericanas el contenido de un nuevo programa de reformas económicas que Gorbachov pretende llevar a cabo.Una fuente del FMI declaró a EL PAÍS que la institución no acostumbra a hacer comentarios sobre las peticiones de ayuda que le son formuladas por gobiernos extranjeros. Sin embargo, un portavoz de la embajada soviética, Ivan Rumiantsetz, manifestó que la cifra parecía "más o menos correcta".

Las fuentes del Fondo citadas por Reuter se mostraron totalmente sorprendidas por la enormidad de la cifra mencionada y manifestaron que, incluso suponiendo que el mundo industrializado pudiera contribuir con la mitad de esa cantidad, una gran parte de los países en desarrollo vería sustancialmente reducidas las ayudas que recibe en la actualidad.

Aunque Primakov no especificó en sus entrevistas con el presidente Bush y el secretario de Estado, James Baker, la cantidad que la URSS precisa para intentar evitar un colapso total de su economía, la cifra de 250.000 millones de dólares aparentemente se menciona en un informe sobre la economía soviética preparado, con la ayuda de los expertos de la Universidad de Harvard, por el miembro de la delegación soviética y asesor económico del presidente de Rusia, Borís. Yeltsin, Grigory Yavlinski.

Carta al G-7

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Primakov y Yavlinski han dirigido una angustiosa carta al G7 (grupo de los siete países más industrializados), que se reunirá en julio en Londres, pidiendo una contribución urgente y sustancial de los países occidentales para evitar el colapso de la economía soviética. Los dos economistas recuerdan en la carta, que se publicará en el número de junio de la revista especializada de Washington The Internacional Economy, que la recuperación alemana y japonesa, así como la de una Europa devastada por la Segunda Guerra Mundial, sólo fue posible gracias al Plan Marshall, cuya segunda versión piden ahora para su país.

El presidente George Bush, que se reunió ayer con el asesor económico de Mijaíl Gorbachov, Yevgueni Primakov, antes de que se hiciera pública la petición de ayuda soviética, se mostró más inclinado a considerar favorablemente una petición de auxilio financiero que algunos altos funcionarios de su propia Administración, que expresaron el jueves su escepticismo sobre las nuevas reformas de la economía de la URSS explicadas en Washington a lo largo de esta semana por una misión de alto nivel enviada por el presidente de la URSS Tras la entrevista con el asesor económico del presidente de la URSS, Bush manifestó que tenía "un juicio más positivo sobre un amplio abanico de cuestiones específicas".

Satisfacción de Bush

Bush calificó la visita de Primakov de "altamente beneficiosa" y explicó que tenía la impresión de que los soviéticos "van a realizar lo que ellos consideran y el mundo debe considerar como una reforma económica, radical". "Me ha gustado lo que he oído (por boca de Primakov) y, por tanto, tendremos que adoptar en breve algunas decisiones", manifestó el presidente, que no plasmó su entusiasmo en el anuncio de medidas concretas de apoyo.

Las conversaciones en la Casa Blanca discurrieron en torno a tres temas principales: la pretensión de la Unión Soviética de conseguir el tratamiento de nación más favorecida en sus relaciones con Estados Unidos, la petición soviética de créditos agrícolas por un total de 1.500 millones de dólares (unos 160.000 millones de pesetas) y el deseo de Gorbachov de asistir a la cumbre que el Grupo de los Siete (G-7), que agrupa a las naciones más industrializadas del mundo, celebrará en Londres a mediados del próximo julio.

A este respecto se recuerda en Washington que, aunque Bush no se ha pronunciado todavía sobre la eventual asistencia de Gorbachov a la cumbre de Londres, dos destacados dirigentes, europeos, el presidente francés, François Mitterand y el canciller alemán, Helmut Kohl, han apoyado esta semana la presencia del líder soviético en la capital británica.

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