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España y EE UU llegan a un principio de acuerdo que pone fin al conflicto aéreo

España y Estados Unidos llegaron a última hora del jueves a un principio de acuerdo sobre su contencioso aéreo, que permitirá, a través de una serie de concesiones mutuas, la continuación de los servicios regulares existentes, la incorporación de nuevos transportistas norteamericanos a las rutas españolas y la concesión de importantes facilidades adicionales a Iberia en territorio norteamericano.

La delegación española, encabezada por el director de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, Carlos Blasco, esperaba que las duras negociaciones entre los dos países desde el pasado martes pudieran quedar plasmadas en un memorándum de entendimiento durante la última sesión negociadora, que continuaba en el momento de cerrar esta edición.El principal obstáculo para el entendimiento, la pretensión norteamericana de conseguir con efectos inmediatos un nuevo vuelo desde el aeropuerto de Newark, en la zona de Nueva York, a Madrid para la línea aérea Continental, se obvia aplazando la concesión de dicho servicio hasta 1993 y con frecuencias limitadas.

Iberia, que ya se enfrenta a la competencia diaria de TWA y PANAM en la ruta Nueva York-Madrid, consideraba que la inclusión de un tercer transportista norteamericano en esa ruta -Newark pertenece al estado de Nueva Jersey pero su aeropuerto está considerado como uno de los tres de Nueva York- supondría un fuerte quebranto para sus intereses al dejar a la compañía de bandera española con sólo un 10% o un 15% del tráfico de pasajeros entre la ciudad de los rascacielos y la capital de España.

Según cifras de 1990, el tráfico de pasajeros entre España y Estados Unidos ascendió a 1.100.000 personas, de las que el 48% fue transportado por Iberia y el 47% por compañías norteamericanas. Sin embargo, el porcentaje a favor de la compañía española desciende considerablemente en la ruta Nueva York-Madrid, en donde de los 600.000 pasajeros anuales registrados en ese año, sólo el 40% utilizó a Iberia.

España ha accedido a que dos nuevas compañías de bandera estadounidense, United Airlines y American Airlines, puedan comenzar sus vuelos a España a partir de hoy sábado la primera con un servicio directo entre Washington y Madrid, y la segunda, que ya vuela a la capital de España desde Dallas, con un nuevo vuelo desde Miami.

La peor crisis

El acuerdo prevé que Estados Unidos designe, si así lo desea, un nuevo transportista para operar un servicio entre Atlanta, capital del estado de Georgia y sede de los Juegos Olímpicos del 96, y Madrid. Caso de producirse la petición, la compañía Delta, que utiliza a Atlanta como hub (centro) de sus operaciones sería la concesionaria del nuevo servicio.A cambio de estas concesiones españolas, Washington autoriza a Iberia a volar a tres nuevos destinos a Estados Unidos desde Canadá -la compañía española ya vuela a Montreal- con el mismo avión que salga de Madrid, lo que se conoce en la jerga aeronáutica con el horrendo nombre de "autorización de co-terminalización". Asimismo, se concede a Iberia la posibilidad de volar a otros 15 nuevos puntos en territorio norteamericano en "código compartido", lo que supone la utilización de la compañía española en el vuelo transatlántico y el cambio a una compañía norteamericana para proseguir el viaje, dentro de Estados Unidos pero manteniendo el mismo número de vuelo de partida.

Las concesiones a la línea española no paran ahí. El equipo negociador de Madrid ha conseguido, a cambio de la autorización a American Airlines para que vuele a la capital de España desde Miami, que Washington permita a Iberia realizar "ruptura de carga" en Miami con cuatro aviones. El término aeronáutico significa que los pasajeros de Iberia que utilicen el vuelo Madrid-Miami podrán continuar viaje a otros puntos del Caribe, México, America central y Suramérica, con excepción de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, en aviones de la línea española siempre que los cuatro aparatos que utilice Iberia para la continuación del viaje no superen en capacidad al que ha realizado el vuelo transatlántico.

Si las conversaciones concluyen satisfactoriamente, como esperaba ayer la delegación española, la firma de un memoradum de entendimiento pondría fin a la peor crisis en las relaciones aéreas entre los dos países, que llegó a poner en peligro el tráfico de pasajeros entre los dos países a cargo de sus respectivas compañías de bandera.

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