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Más de 100 militares, detenidos en Túnez por su supuesta implicación en un compló

Alrededor de 300 personas, entre ellas 100 militares de alta graduación y algunos mandos destacados del ejército, han sido detenidas en los últimos días en Túnez por su supuesta implicación en un compló destinado a derrocar al presidente de la República, Zin Ben Alí, y a instaurar una república islámica, según aseguró ayer el ministro del Interior, Abdela Kallel.

La rebelión estaba inspirada y organizada por el movimiento integrista ilegal Ennahda, que había logrado infiltrarse entre las fuerzas de seguridad del Estado. Los primeros síntomas de que algo grave estaba pasando en Túnez se detectaron el pasado mes de marzo, cuando el líder islamista moderado Abdelfatah Muru, decidía abandonar la militancia en la organización integrista Ennahda, junto con otros dirigentes, para "evitar una guerra civil en Túnez" (ver EL PAÍS del 14 de marzo de 1991). Las enigmáticas palabras del político tunecino manifestadas a este diario quedaron desveladas ayer.El portavoz gubernamental responsabilizó a cuatro líderes integristas de Ennahda, que actualmente viven en el exilio, -Rachid Ganuchi, Habib Rokni, Sale, Karkar y Mohamed Xaman- de ser los responsables de una organización clandestina, paralela a la dirección pública del Movimiento Islamista, a la que se había dado el nombre de -organismo especial". Esta organización se había infiltrado en el tejido de los cuerpos de Seguridad del Estado.

La operación de desestabilización se inició, según el ministro, en mayo de 1989 y tenía como principal objetivo crear una delicada situación de inseguridad social, que provocara la intervención del ejército, y a continuación la respuesta de las cédulas paramilitares de Ennahda distribuidas por todo el país. Los golpistas, según este plan, ocuparían los lugares estratégicos de la capital, edificios gubernarnentales y las prefecturas regionales, para instaurar a continuación una república islámica.

Rachid Ganuchi, que ostenta la presidencia del movimiento Ennahda, se encuentra en el exilio desde 1989 y posee un pasaporte diplomático sudanés, que le permite moverse con facilidad entre Argelia y Francia. El ministro del Interior acusó, asimismo, al movimiento integrista argelino, Frente Islámico de Salvación, de haber dado su apoyo y cooperación a los radicales tunecinos exilados.

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