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Conmoción por la suspensión de la ayuda de EE UU

El anuncio de sanciones económicas norteamericanas a Yugoslavia por su sistemática violación de los derechos humanos en Kosovo cayó ayer como una bomba en todas las capitales de este Estado en plena deseo ni posición. Estados Unidos ha cortado toda su ayuda financiera y ha retirado su apoyo a la concesión de créditos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.La decisión llega en un momento en que, como dijo ayer el croata Stipc Mesic tras asumir la presidencia colectiva, el país está "al borde del colapso económico".

Las sanciones, norteamericanas profundizarán aún más si cabe las ansias de secesión de croatas, eslovenos y otros pueblos que se ven castigados por unas violaciones de los derechos humanos cometidas exclusivamente por Serbia. Desde que llegó al poder en 1987, el líder serbio Slobodan Milosevic ha implantado en Kosovo un régimen de terror político, racial y económico cuyas víctimas son la mayoría albanesa, que supone el 90%, de la población.

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Hay encarcelamientos, despidos masivos, un goteo de muertos que se cuentan ya por centenares y una implacable represión cultural cuyo pretexto es la "lucha contra el separatismo albanés", pero cuyo verdadero fin es reservizar por la fuerza Kosovo, considerada por los serbios como cuna de su nación.

Cambiar realidades tan tangibles como la relación étnica de uno a diez entre eslavos y albaneses ya no es posible sin la fuerza. El terror de Serbia en Kosovo tenía como objeto incitar a la huida hacia Albania de tantos albaneses como fuera posible. Pero también los albaneses consideran Kosovo como su tierra. El próximo paso ya en estudio, y que sólo masivas presiones occidentales podrían evitar, es la expulsión por medios militares de centenares de miles de albaneses a través de las montañas malditas que separan Kosovo de Albama. Las imágenes del éxodo kurdo podrían repetirse muy pronto en los Balcanes.

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