El presidente brasileño, en sus horas bajas

, El presidente de Brasil, el populista de derechas Femando Collor de Mello, de 41 años, que ayer llegó a Madrid, inicia hoy una visita a España tras superar la crisis del cese de todo el equipo económico y en el momento más bajo de su popularidad, cuando un 51 % de la población califica de malos a pésimos sus primeros 13 meses de gobierno. Collor es el primer presidente de Brasil elegido democráticamente después de la dictadura militar y obtuvo 35 millones de votos.Su imagen joven y renovadora cautivó al electorado, que quedó prendado de su discurso en favor de los descamisados y su aureola de cazador de marajás, de hombre dispuesto a acabar con los privilegios y la corrupción. Llegó a la presidencia con una campaña en la que se mezclaban un estilo kennedyano y una imitación del demagogo Janio Quadros, que en 1960 ganó la elección presidencial en Brasil a base de blandir una escoba para barrer la corrupción. Además, Collor no reparó en toda clase de medios sucios para desprestigiar a su contrincante, el sindicalista socialista Luis Ignacio Lula da Silva. Una enfermera, antigua novia de Lula y madre de una hija del sindicalista, apareció en la televisión para decir que el contrincante de Collor había tratado) de que abortara. Ell audaz plan económico puesto en marcha el día mismo de su toma de posesión, el llama do nuevo Brasil o plan Collor, cumplió lo que el nuevo presidente había anunciado y dejó estupefacta incluso a la izquierda brasileña. Más de 80.000 millones de dólares, las tres cuartas partes de la deuda externa de Brasil, quedaron bloqueados y retirados de la circulación de un solo golpe. Las cotas de popularidad que consiguió Collor en los primeros meses de gobierno fueron insólitas. Todavía a principios del pasado diciembre sólo un 24% consideraba entre malo y pésimo el gobierno de Collor.

Las tasas de inflación se dispararon en Brasil de nuevo y a fines del año pasado y comienzos del actual superaron el 20% mensual. La artífice del plan Collor, la economista Zelia Cardoso de Mello, la figura más fuerte y popular del Gobierno, tuvo que poner en marcha con su equipo a fines de enero una nueva versión, el Collor 2, que significó el congelamiento de precios y salarios, en un intento desesperado de frenar la inflación.Por los suelosLa popularidad de Collor ha caido por los suelos. Un sondeo realizado hace menos de un mes por la empresa Data Folha llegó a la conclusión de que un 5 1 % de los entrevistados considera "malo o pésimo" el Gobierno de Collor, un 30% lo califica de "regular" y sólo un 18% le da la nota de "bueno a óptimo". Si se comparan las promesas electorales de Collor con los resultados obtenidos, la explicación de esta caída de popularidad parece evideinte. Recibió Collor el Gobierno con una inflación mensual del 84% y prometió que en los primeros 100 días bajaría a un 10%. A base de una recesión brutal, con una caída de los salarios y un fuerte aumento del paro, la inflación bajó en los primeros meses de Gobierno, pero luego subió de nuevo hasta más de un 20% mensual. En abril descendió hasta un 5,5%, pero gracias a medidas artificiales de congelamiento de precios y bajo la amenaza de que: se dispare de nuevo cuando salgan a la circulación los cruceiros bloqueados por el Collor 1 Asimismo, Collor había anunciado que triplicaría el salario mínimo durante su mandato, pero en un año lo ha reducido en un 40%.La prometida lucha contra los privilegios y la corrupción ha sufrido también una rebaja respecto a las promesas electorales.Collor gobierna rodeado de un grupúsculo donde se mezclan amigos y parientes. República de Alagoas, en alusión al pequeño Estado del noreste de donde procede Collor, el nido, la corte de Brasilia, Gabinete de cocina y hasta Mafia alagoana son las denominaciones para este grupo de poder más o menos en la sombra sobre el que con frecuencia ha flotado en los últimos meses el tufo de la corrupción.

El enfrentamiento con esta república de Alagoas parece haber sido la famosa gota que colmó el vaso y determinó la caída de la ministra de Economía y de su equipo económico, crisis que Collor ha tenido que resolver en vísperas del viaje.

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