Espartaco ya no sabe a qué corridas apuntarse
"Uno no sabe ya a qué corridas apuntarse, porque los toros que un año salen bien, al otro no sirven para nada, como ha ocurrido hoy con todos los del Puerto de San Lorenzo", se lamentaba Espartaco en la habitación de su hotel al Finalizar el festejo. El diestro señalaba que los toros quinto y sexto, de la ganadería de Los Bayones, parecían hermanos gemelos de los de la divisa titular: "Se deben haber contagiado en chiqueros, ya que eran clavados en este aspecto".El de Espartinas llegó a llusionarse por un momento con el quinto, aunque decía que luego tampoco le valió para el triunfo que buscaba, pese a sus intentos: "Rápidamente cambió, se quedó violento, a la defensiva y sin obedecer a la muleta ni siquiera en terrenos de chiqueros, donde lo llevé para probar".
Añadía que en otras plazas de menos importancia habría echado mano de la técnica o del toreo de recursos para calentar al público, pero que eso no era válido en Madrid: "En Las Ventas no hay medias tintas, o se hace o intenta el toreo clásico, o se entra a matar".
Concluía afirmando que era lógico que al final de sus dos toros se dividiesen las opiniones: "Entiendo ambas posturas, unos han reconocido mi doble voluntad, por anunciarme en este cartel, 31 frente a los toros; y otros, el sector exigente de siempre, al que respeto, quería más de una figura como yo. Confío en satisfacerlos en nú próximo comprorniso".
Juan Cuéllar, que coincidía al valorar por igual la mansedumbre y dificultades de sus dos toros, a pesar de ser de dos divisas distintas, estaba contrariado con el resultado del festejo, aunque no con su actuación. "El del Puerto sólo se tragaba un par de muletazos por serie y después iba al bulto", explicaba, "y al sexto habia que provocarle la embestida y así es imposible ligar los pases y transmitir". No quería pronunciarse sobre si había estado mejor o peor que Espartaco: "Eso es cuestión del público, yo sólo sé que he hecho todo lo que he podido".Pitos injustosTambién creía haber hecho todo Frascuelo, aunque se quejaba de que los aficionados no lo entendieron: "Estoy envenenado, porque me pitaron injustamente, pues mis toros se rajaron y fueron peligrosos. No sé qué les habrán visto desde arriba para reaccionar de esta forma". En su enfado también influía que ya no le queda otra corrida en la feria.
El madrileño dijo al Rey en su brindis que le recordaba de cuando le brindó un novillo en Vista Alegre, en las famosas novilladas de la oportunidad: "De lo que no me acuerdo ya es de los años que han pasado. La tira, porque yo era casi un becerrista y él todavía Príncipe".El Rey fue entrevistado, nada más llegar a la plaza, desde el callejón, por la cadena SER, a la que respondió que asistía a la corrida como siempre que puede, dada su afición. Preguntado por su opinión sobre la Ley Taurina dijo que confiaba en que sirviera para. engrandecer la fiesta.
Babelia
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