El presidente del Senado propone que se vuelva a votar la ley del IRPF aprobada irregularmente

El presidente del Senado, Juan José Laborda, se mostró ayer partidario de repetir la votación realizada el pasado jueves en la Cámara alta en la que se aprobó el proyecto de Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) con 177 votos emitidos por 156 senadores. Ésta será su propuesta a la Mesa del Senado, que se reunirá mañana para estudiar los dos escritos presentados el viernes por Izquierda Unida (IU) y el Grupo Popular en los que se solicita la anulación de la votación por considerarla fraudulenta. Laborda achacó la comisión de irregularidades al ejercicio de "una torpe solidaridad" de los senadores destinada a "salvar a algún compañero de una multa parlamentaria".

Laborda consideró "conveniente" citar a los medios de comunicación en el mismo aeropuerto de Barajas, a donde llegó ayer desde Berlín tras haber asistido junto con el presidente de] Congreso, Félix Pons, a la conferencia de presidentes de parlamentos de la Comunidad Europea.El presidente del Senado anunció que había convocado para mañana a la Mesa del Senado para discutir si hubo alteración del Reglamento de la Cámara por utilizar indebidamente los sistemas electrónicos de votación y si los resultados deben por tanto considerarse válidos.

Para Laborda, la validez jurídica de la votación está fuera de duda, ya que ningún senador advirtió anomalía alguna en el transcurso de la misma ni se solicitó la verificación de los votos emitidos. A esta razón añadió que la diferencia de votos "no produjo alteración en la voluntad del conjunto de la Cámara", lo que, según el Tribunal Constitucional, es un elemento importante para aceptar el resultado de la votación.

Laborda dijo que no se consideraba culpable de lo sucedido el jueves, ya que, aseguró, al presidente le resulta muy dificil controlar todas las votaciones.

El presidente del Senado anunció que propondría a la Mesa la repetición de la votación del conjunto de las enmiendas y el articulado de la ley fiscal para "evaporar" cualquier resquemor. "Siguiendo la virtud democrática de Montesquieu, las votaciones resuelven las dudas", dijo.

Laborda no descartó que se hubieran producido irregularidades, pero aseguró que no había pruebas. Al serle recordadas las fotografías recogidas por el diario El Sol, que mostraban al senador socialista Gaspar Zarrías votando con la mano y con el pie, Laborda dijo que ante un tribunal serían un "testimonio dudoso".

A pesar de ello, el presidente del Senado no dudó en adoptar un tono condescendiente al afirmar que, en caso de haberse producido, "no hubo intención de ningún grupo parlamentario ni de ningún senador de utilizar irregularmente los sistemas de voto para modificar la voluntad de la Cámara y alterar los resultados". "Estaríamos más bien ante un ejercicio de torpe solidaridad para salvar a algún compañero de alguna multa parlamentaria", concluyó.

Laborda advirtió, no obstante, que la repetición de la votación entraña eI peligro de propiciar lo que llamó un "filibusterismo parlamentario". "La Mesa deberá discutir mucho esta decisión, ya que sería un antecedente que podría dar pie a la utilización artera de los sistemas electrónicos de votación", de manera que algunos miembros cometieran irregularidades con la intención de bloquear los procesos legislativos.

Votaciones serias

A lo largo de su declaración, el presidente del Senado pasó de restar importancia al aspecto sancionador, asegurando que no se debían introducir en el Reglamento "preceptos intervencionistas surgidos de la desconfianza", a reconocer la necesidad de "subrayar la seriedad del acto de votación".

Así, tras declarar que el Parlamento no es un cuartel ni un colegio y que cada uno debe asumir su responsabilidad, Laborda no quiso pronunciarse sobre si propondría la Mesa la introduccion de medidas disciplinarias, hasta ahora inexistentes: "Déjenme esta cuestión para las deliberaciones", rogó.

Por su parte, el presidente del CDS, Adolfo Suárez, dijo el pasado viernes en Salamanca: "Lo mejor es que los presidentes de cada Cámara hagan un recuento de los diputados y senadores asistentes antes de empezar las votaciones".