Tres contra uno

Los comicios autonómicos se presentan como un banco de pruebas. Es muy posible que en estas nuevas legislaturas resulte preciso establecer pactos y crear coaliciones de gobierno. En la campaña para las elecciones generales de 1993, los opositores al Ejecutivo del PSOE tal vez planteen la hipótesis de una nueva mayoría mixta, y para eso resultará trascendental el resultado que hayan dado los acuerdos en los Gobiernos territoriales. Mientras tanto, el partido socialista cree tener ahora expectativas electorales seguras en seis regiones: Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Asturias, Comunidad Valenciana y, un poco menos, Madrid. Por su parte, el PP confía a sus candidatos de Baleares y Castilla y León, principalmente, sus posibilidades de presidir Gobiernos regionales. La habilidad para el pacto resultará clave en vanos de los Gobiernos que se formen tras los comicios. El papel del CDS y de Izquierda Unida será en esos casos fundamental. El partido centrista ya ha anunciado acuerdos con grupos "progresistas", y es de suponer que Izquierda Unida adopte una posición similar. Ambos, por tanto, miran hacia el PSOE. El PP necesita ahora más que nunca un dominio amplio para poder gobernar, o acuerdos con los regionalistas. En algunos casos, se ha adelantado ya a los eventuales resultados, al pactar previamente con Unión del Pueblo Navarro y Unión Mallorquina.