El cine español, ausente del Festival de Cannes

Por tercer año consecutivo, España no aporta ninguna película a la selección oficial competitiva del Festival Internacional de Cannes, que se inaugura hoy, el acontecimiento con mayor fuerza convocadora de cuantos existen en la industria cinematográfica mundial. La última película española en concurso en Cannes fue El Dorado, de Carlos Saura, en el año 1988, y no convenció. La ausencia se agrava por el hecho de que en esta ocasión tampoco acude ningún filme español a las plataformas -alguna del prestigio de Una cierta mirada- de las secciones paralelas, que en la pasada edición acogió a dos filmes catalanes: Innisfree, de José Luis Guerin, y El puente de Varsovia, de Pere Portabella. Por contra, Francia aporta un desmesurado lote de 21 filmes, dentro y fuera del concurso.

El desierto de cine español es absoluto en las pantallas del palacio de La Croisette, que en esta su 44ª edición ofrece un conjunto de obras sobre el papel muy interesante, acorde en teoría -las proyecciones dirán la última palabra, con frecuencia contraria a la prevista- con el renacimiento de la credibilidad (un tanto perdida en los últimos años setenta y primeros ochenta) de Cannes, renacimiento iniciado tras tocar fondo su desprestigio como consecuencia del escándalo ocurrido en su 40 aniversario, donde un supuesto conjunto de intereses llevó la cotizadísima Palma de Oro a manos del cineasta francés Maurice Pialat por su filme Bajo el sol de Satán, una de sus obras menos convincentes y sin duda la más insincera.'Van Gogh'

Este año vuelve Pialat, por primera vez después del memorable escándalo que provocó hace cuatro años, a competir con su Van Gogh, esperada con lógica expectación, originada por su necesidad de un desquite del recuerdo de los virulentos e interminables abucheos que provocó su subida al escenario de la Gran Sala Lumière para recoger el gran premio por el filme antes citado. Por otra parte, otras tres películas de producción y coproducción francesa están colocadas en el escaparate de lujo de Cannes-91 y esto ha despertado en muchos comentaristas de la prensa especializada las ya habituales acusaciones de chovinismo que ritualmente se lanzan, en las vísperas de este festival, contra sus criterios seleccionadores, a los que se considera en exceso nacionalistas.

A ello se añade la circunstancia, evidentemente propicia para crear todo tipo de suspicacias, de que, además de las cuatro películas de la sección competitiva y de las siete reservadas en exclusiva a la Perspectivas del cine francés, se exhibirán en las diversas secciones paralelas de, Cannes-91, fuera de concurso pero ante enviados especiales procedentes de las cuatro esquinas del planeta, ni más ni menos que otras ocho películas francesas, lo que hace un total de 21 filmes de esta nacionalidad, todos ellos estratégicamente colocados en plataformas de lanzamiento a los mercados internacionales. No parece injusto relacionar desiertos como el español con superpoblaciones como ésta. Con más de 20 filmes caseros en las diversas lizas no es de extrañar que se produzcan exclusiones inmerecidas.

La selección oficial competitiva ofrece este año 24 películas, 20 de ellas en concurso y cuatro en exhibición especial, que, tal como dijimos, sobre el papel parecen de interés, así como un conjunto de presencias que -excluidas las de los británicos John Gielgud y Peter Greenaway, cuya película sobre La tempestad de Shakespeare ha sido descartada a última hora del concurso, por no contarse a tiempo con una copia suficientemente afinada del filme- llenarán incontables páginas de los periódicos franceses y casi todos los del mundo durante los 12 días -desde hoy al próximo 20- que durará esta edición del festival de la Costa Azul.

Entre las presencias anunciadas en Cannes-91 se encuentran las de Akira Kurosawa, Alan Rudolph, Dennis Hooper, Susan Sarandon, Marco Ferreri, Ridley Scott, Spike Lee, Denzel Washington y Bruce Willis.