El tabú del alcohol

Para los dirigentes nacionalistas marroquíes, peor que la droga y el tabaco es el problema del alcohol. Es una cuestión tabú sobre la que no existe estadística flable y sobre la que pesa no sólo el descrédito social, sino también la prohibición coránica.La batalla del alcohol es una guerra que concierne directamente al Gobierno y a la Administración, que es la responsable de distribuir las licencias de venta de vino, aseguran los líderes nacionalistas.

El Partido Nacionalista Istiqlal, que dirige Mohamed Bucetta, había propuesto en su día que se adoptara también una ley restrictiva sobre el consumo del vino, pero con connotaciones mucho más duras y drásticas que las adoptadas con respecto al tabaco.

Los nacionalistas abogaban por la prohibición del consumo de alcohol y reclamaban un castigo a todos aquellos que lo vendieran, fabricaran o transportaran. La respuesta a estas iniciativas fue un estricto control de la venta de acohol, no permitiéndose expenderlo a los menores de edad e incrementando sus precios.

Pero las restricciones sobre la venta y el incremento del precio del vino no han hecho más que provocar un nuevo problema. Muchos cludadanos con escasas posibilidades económicas han optado por convertirse en consumidores de alcohol de quemar, mucho más barato en el mercado y sin ningún tipo de controles en su distribución. Lo mezclan con otras bebidas aromáticas y fabrican así un mejunje que en algunas ocasiones resulta mortal.