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El Ayuntamiento quiere recuperar los trolebuses para rebajar el ruido

Javier Casqueiro

Veinticinco años después de que dejasen de funcionar las dos últimas líneas de trolebuses de Madrid, técnicos municipales proponen, como una de las tres medidas a aplicar para rebajar el actual nivel de ruido de la ciudad, recuperar este servicio público de transporte. Además de actualizar los tranvías dichos técnicos reclaman mayor participación en el planeamiento urbanístico y experimentar en algunas zonas con el pavimento silencioso.Plácido Pereda, responsable municipal de la división de niveles sonoros, asegura que en la preocupación sobre temas de contaminación acústica, "Madrid lleva ocho años de retraso con respecto a otras ciudades europeas, pero podemos aprovechar la ventaja del rezagado y evitar sus pasos atrás si aprendemos de sus experiencias".

Pereda, que reconoce contar con el apoyo de la concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, y haber tomado contacto con otros departamentos municipales, sintetiza sus propuestas para mejorar la situación acústica de la ciudad en tres actuaciones. En primer lugar, que se cuente con su departamento a la hora de planificar urbanísticamente. La segunda es experimentar en algunas zonas lo que se conoce como pavimento silencioso.

Este nuevo firme se pondría, como prueba, en tramos de la M-30 y la M-40 y en los tres puntos de la ciudad (plaza de Castilla, Santa María de la Cabeza y confluencia de la avenida de América con la calle de María de Molina) donde el ruido alcanza los 80,1 decibelios.

La última propuesta hace referencia a la recuperación actualizada, para el servicio municipal de transportes, de los tranvías y los trolebuses. Estos vehículos eléctricos se podrían imponer, como primera fase, en los itinerarios en donde exista carril-bus.

El proyecto prevé también que los trolebuses y los tranvías se muevan impulsados por energía eléctrica mientras circulen por estos carriles.

Este proyecto pondría de actualidad un servicio que se cerró el 1 de junio de 1972, cuando cubrieron su último viaje las líneas 70 y 77 de los tranvías, y el 30 de abril de 1966, cuando salieron a la calle los últimos troles de las líneas 104 y 107.

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Obras cortas

Pereda afirma que "las barreras acústicas no son la mejor solución para los problemas del ruido, sino la última cuando no existen otras. Lo ideal sería que todos los ciudadanos hicieran menos ruido".

Sobre los grandes proyectos en marcha en distintos puntos de la ciudad, a los que se acusa de provocar los mayores índices de ruido, los técnicos se pronuncian por dos maneras de enfocarlos: alargar sus obras en el tiempo para ajustar los trabajos a las horas en que producen menos molestias o acortarlas incluso con turnos de noche. "Alargar trae, además del ruido, otros problemas, por lo que es bastante mejor concentrarlas", dice Pereda.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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