Bush consigue el respaldo del Grupo de los Siete para que bajen los tipos de interés
La pugna entre EE UU y Alemania sobre cuál debe ser la evolución futura de los tipos de interés no quedó ayer en tablas. Los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de los siete países más ricos del mundo respaldaron en Washington, con matices, la tesis del presidente George Bush para salir de la recesión con tipos de interés más bajos. Como contrapartida, el G-7 no olvidó la estabilidad de los precios, que es el caballo de batalla del Bundesbank alemán.
El Grupo de los Siete (que engloba a Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania., Francia, Italia y Reino Unido) hizo público esta madrugada (hora española) un comunicado en el que "enfatiza la importancia de llevar a la práctica políticas monetarias y fiscales que asienten las bases para reducir los tipos de interés reales y logren a la vez una recuperación económica global, contenida y con estabilidad de precios".Aún con el críptico lenguaje de estos comunicados queda claro que la balanza se inclina a favor de menores tipos de interés primero y recuperación económica después, mientras que la estabilidad de los, precios queda para un último pero digno lugar.
Los ministros y gobernadores del G-7 tardaron casi 12 horas para consensuar las 50 líneas mecanografiadas del comunicado final. La reunión comenzó con un desayuno informal en la Casa Blanca en la que el presidente de EE UU expuso la importancia que para su país tiene recuperar cuanto antes la senda del crecimiento económico.
La presión de la recesión económica en EE UU ya había empezado a daflar la imagen del presidente Bush, según una encuesta que hizo ayer pública la cadena de televisión CNN. Ante la pérdida de imagen como principal enemigo, el objetivo prioritario para EE UU es impulsar un relanzamiento rápido antes de perder el respaldo psicológico que ha seguido al final de la guerra del Golfo. Esta prioridad recibíó ayer el asentimiento del Grupo de los Siete.
Este apoyo, sin embargo, no carece matices. La baja de interés que, a medio plazo, propugna el G-7 no sólo debe basarse en la política monetaria sino tarrinién en la fiscal. Esto significa menor déficit público, una exigencia más que improbable para los dos contendientes ayer en Washington: EE UU y Alemania.
Claro que el G-7 se refiere, en todo momento, a "una estrategia a medio plazo" para recortar tipos, y asegura además que éste es el mejor camino para reducir los riesgos de incertidumbre potenciales de la situación económica actual".
Tras la defensa de un dinero más barato que permita relanzar el consumo y la inversión, el Grupo de los Siete no olvidó "reiterar la importancia de las políticas que se dirigen a aumentar el ahorro global". No en vano la escasez del ahorro era, junto con la estabilidad de los precios, la máxima preocupación de Alemania.
Equilibrios
La lógica de los equilibrios del comunicado final recoge esta preocupación aunque sin explicar cómo puede aumentar el ahorro cuando la política que se propugna intenta fomentar el consumo y la inversión.Desde el punto de vista alemán, la necesidad de captar un ahorro más escaso tras la reunificación alemana, la crisis financiera japonesa y la reconstrucción de Oriente Próximo (los tres tradicionales exportadores de ahorro), justificaba por sí sola unos tipos de interés altos a corto plazo. Otra cosa es el medio plazo.
Tanto el presidente del Bundesbank, Karl Otto Poelil, como el ministro de Finanzas alemán, Theo Waigel, aseguraron ayer antes del inicio de la reunión que un descenso de intereses a medio plazo es conveniente para todos pero hay que evitar "comprar crecimiento con inflación". Además, en opinión de los alemanes, "un descenso artificial de los tipos de interés no sólo amenazaría la inflación sino que debilitaría al marco en los mercados financieros".
La respuesta a tal preocupación por parte de sus socios en el G-7 es que la bajada de tipos no será artificial, pues todos estuvieron de acuerdo en "vigilar cle cerca la situación y adoptar las medidas necesarias, en el marco de un proceso coordinado, con el objetivo de conseguir una recuperación sólida y una economía en crecimiento".
Tras la polémica, el G-7 no olvidó sus habituales referencias a la Ronda Uruguay, a la estabilidad de los tipos de cambio y a las reformas económicas tanto del mundo en desarrollo como de Europa del Este.
El G-7 "enfatizó la importancia de que la Ronda Uruguay del GATT concluya con éxito", sin especi icar cuándo. El club de los ricos "reafirmó su compromiso para cooperar estrechamente en los mercados de cambio".
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