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Europa frente a la crisis de Yugoslavia

La repúblicas se debaten entre la necesidad de créditos occidentales y el secesionismo

"Europa escogió el camino de la integración, mientras que los yugoslavos luchamos contra los problemas de la desintegración". Así definió la situación político-económica de Yugoslavia el primer ministro, Ante Markovic, de 66 años, dirigiéndose el viernes de la semana pasada al Parlamento federal para proponer un plan, de reforma económica para el país. El pasado miécoles, ese Parlamento comenzó a debatir el plan, que cuenta con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras mundiales. Pero las repúblicas yugoslavas -peleadas entre sí- lo cuestionan.

Yugoslavia espera obtener, si el Parlairiento aprueba el programa, unos 5.000 millones de dólares en créditos, provenientes de diferentes fuentes. Una eventual caída de Markovic, que no se descarta, complicaría significativamente la situación política yugolsava, ya que sería dificil alcanzar un consenso para la formación de un nuevo Gobierno federal.El presidente yugoslavo, el serbio Borislav Jovic, por su parte, advirtió ayer ante el Parlamento que el país sigue al borde de la guerra civil: "La presidencia colectiva está paralizada y las Fuerzas Armadas se hallan bajo fuerte presión de quienes quieren desintegrar Yugoslavia". Jovie, cuyo mandato finaliza el 15 de mayo -le sucederá el croata Stipe Mesic- es partidario, como lo manifestara en marzo pasado, de una mayor presencia militar en el escenario político para detener las tendencias secesionistas en Croacia y Eslovenia e impedir una guerra civil.

Sin pronunciarse a favor de un modelo preciso que debería regir las relaciones entre las seis republicas y la confederación, el plan económico de Marcovich, conocido bajo la fórmula once más tres, debería servir de base para el funcionamiento del país balcánico en el periodo de la transición. Los 11 puntos incluyen las competencias del Gobierno federal en la política monetaria; el comercio exterior; el papel del banco nacional yugoslavo y la garantía de la convertibilidad de la moneda nacional; el plan de privatización; el control del gasto público y privado; la seguridad nacional; la política exterior; el saneamiento de los bancos y del sistema financiero; la Seguridad Social; la financiación para la federación; garantías para la integridad del mercado yugoslavo.

Enmiendas

Los tres puntos adicionales del plan conciernen a las enmiendas de la Constitución federal que implican la convocatoria de las elecciones federales; las garantías para el funcionamiento de las instituciones de la federación y asegurar el flujo de la información entre las repúblicas.

Por su parte, los numerosos viajes de las delegaciones eslovena, croata y serbia por los países occidentales en búsqueda de la comprensión internacional a los derechos de las respectivas etnias a crear sus Estados-naciones (para lo cual son vitales los créditos extranjeros), rindieron pocos resultados. Oficialmente, Occidente optó por sostener a Marcovie. Mientras tanto, sólo enmarzo la producción industrial cayó en un 23% en comparación con el año pasado; y el Gobierno federal prevé que en 1991 las inversiones disminuirán entre un 30% y un 40%.

Sin embargo, aunque Marcovic dispone del único plan económico "fiel a los consejos del FMV, según algunos economistas, su supervivencia en el cargo depende del consenso entre las repúblicas.

La caída del Gobierno

Eslovenia, Croacia y Servía, por motivos distintos, abogan por la caída del mandatario, aunque en la situación actual sería casi imposible formar un nuevo Gobierno federal. El primer ministro esloveno, Loize Peterle, considera que Marcovic aspira a conservar la vieja Yugoslavia. Y precisa: 'Tos argumentos para la secesión de Eslovenia son económicos". Croacia, que también aspira a la independencia, teme que, a través de la integridad yugoslava que pretenden conservar Marcovic y sus aliados europeos, se apoyaría indirectamente la política del presidente serbio, Slobodan Milosevic, quien, pese a su política secesionista, reitera su adhesión a Yugoslavia.

"Mientras esté dispuesta a actuar como un mentor neutral, Europa apoya objetivamente la tesis serbia de Milosevic, que interpreta la integridad de Yugoslavia como el apoyo a su visión unitarista y federal del país con la predominancia serbia", escribe el editor jefe del principal diario croata, Vjesnik. Eslovenía y Croacia calculan que si estas repúblicas proclaman su independencia, frente a la imposibilidad de un consenso con los serbios, Europa tendría que adaptarse a este hecho. Serbia, por su parte, culpabiliza a Marcovic por sus fracasos económicos.

El programa del Gobierno federal stá a prueba esta semana: las repúblicas tendrán que escoger entre el dinero occidental para revitalizar sus economías y evitar la explosión del descontento social, y sus aspiraciones políticas secesionistas. Queda pendiente el pronunciamiento de las Fuerzas Armadas.

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