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Nuria Espert estrena 'Carmen' en Londres

"El problema de esta ópera es que la gente la conoce demasiado", dice la directora

Era inevitable: la carrera internacional de Nuria Espert corno directora de escena antes o después debía pasar por Carmen, la más española de cuantas óperas (francesas) han sido. Esta noche el Covent Garden de Londres, en coproducción con el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, acoge un montaje del título de Bizet con escenografía de Gerardo Vera, coreografía de Cristina Hoyos y dirección musical de Zubin Mietha. Esta misma Carmen inaugurará, el 24 de abril de 1992, la temporada de ópera del Teatro de la Maestranza de Sevilla, organizada por la Expo 92. "El problema de Carmen es que la gente la conoce demasiado", dice Espert, un tanto agobiada ante el estreno.

"Demasiadas responsabilidaes: ser mujer, ser española, dirigir Carmen y encima abrir la temporada operística de Sevilla coincidiendo con la Expo. Si hubiera realizado este montaje en 1996 seguro que todo eso no hubiera pesado tanto".Es la quinta ópera que Nuria Espert afronta como directora de escena. Tras Butterfly, Rigoletto, Elektra y La traviata -a las que hay que añadir para la escena londinense La casa de Bernarda Alba, en 1988, con Joan Plowright y Glenda Jackson-, llega por fin la vez de la maldita cigarrera sevillana, solicitada insistentemente por los empresarios teatrales desde su primera puesta en escena.

"Hay muchas cármenes buenas. A mí me entusiasma la de Peter Brook, que vi en el Mercat de les; Flors de Barcelona. Pero Brook no resolvió los graves problemas que plantea la obra. Simplemente los eliminó, porque él hizo una versión totalmente personal. No es éste mi caso: yo debía poner en escena toda la ópera con los fragmentos que me gustan más y, con los que me gustan menos. Otras versiones que también admiro son la de Saura y la de Francesco Rosi". Curiosamente los referentes que cita son todos extraoperísticos.

La versión que se presenta hoy en el Covent Garden utiliza fragmentos hablados, tal como se estrenó en 1875 en la OpéraComique de París. "Desde el primer momento estuve de acuerdo con Zubin Metha en no utilizar los recitativos, que no son originales de Bizet. Las partes habladas han sido reducidas para conseguir una mayor eficacia dramática", explica la directora.

A Nuria Espert no le molestan particularmente las espagnoleries románticas del compositor francés. En este sentido se apunta a esa reactualización del personaje que emprende Alberto González Troyano, en unensayo recientemente aparecido (Espasa). "Carmen no es una devoradora de hombres a lo Greta Garbo. Es una chica que vive en una habitación modesta y que se lleva a los tíos que quiere a la cama. Por ser hija de su época la convierten en puta, ladrona y gitana, porque si no no cuela, pero es una mujer completamente moderna", dice la directora. La gran apuesta de Espert es la de dar la dimensión entera del personaje: desde la chica más o menos frívola del primer acto hasta la mujer irrenunciablemente libre del final, a costa de su propia vida. "Para explicar esto con Gerardo Vera partimos de un hiperrealismo que posteriormente hemos ido matizando. Actualmente califico el iriontaje de realista, pero sin llegar al detalle pequeño, un realismo tamizado por el relato de Mérimée".

En el reparto intervienen Maria Ewing (Carmen), Luis Lima (Don José), Leontina Vaduva (Micaela) y Gino Quilico (Escamillo). "La sensualidad es lo más difícil de obtener de los cantantes'", dice Espert. "Las pasiones románticas todos las representan muy bien, pero los desgarramientos carnales son mucho más difíciles. Y Carmen los necesita".

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