_
_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Gorbachov supera la crisis

RECIÉN REGRESADO de un viaje a Japón que se ha saldado con un pobre resultado, Mijaíl Gorbachov se enfrentó a una de las semanas políticas más difíciles de todo su liderazgo. Es notable, sin duda, que consiguiera capearla con su habilidad acostumbrada, pero, sobre todo, con la ayuda de aliados imprevistos.Sorprendentemente, uno de los apoyos más sólidos en su dificil coyuntura política le llegó al líder soviético desde el campo de su peor enemigo, Borís Yeltsin, presidente del Parlamento de Rusia. En efecto, el pasado martes, Yeltsin y los líderes de otras ocho repúblicas soviéticas (con las notables ausencias de los de las bálticas, Georgia y Armenia) firmaron con Gorbachov un llamamiento a los trabajadores para que interrumpieran Ias huelgas políticas y económicas". Un balón de oxígeno que vale oro.

La importante oleada de huelgas amenaza con arruinar cualquier proyecto de reforma económica. Los movimientos de reivindicación en la minería del carbón, que se iniciaron hace ocho semanas, paralizan ya la producción química y de acero. Mañana, viernes, se lanzan a la calle los mineros de Bielorrusia, en una acción de protesta que puede afectar gravemente la producción de petróleo. Todos ellos piden la dimisión de Mijaíl Gorbachov.

Simultáneamente, la rebelión se ha ido planteando en el Sóviet Supremo, en el que el grupo conservador Soyuz ha pretendido la imposición del estado de excepción y la dimisión del líder soviético. Frente a los ortodoxos, los demócratas del Parlamento soviético han defendido que la receta de la privatización y la liberalización de precios es dura pero necesaria.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Ayer, miércoles, sin embargo, se impuso una vía intermedia preconizada por el primer ministro soviético, Páv1ov. Votada favorablemente por el Sóviet Supremo (aunque no sin oposición de los sectores más liberales, entre los que empieza a cuajar una opción democrática liderada por el antiguo ministro de Asuntos Exteriores Edvard Shevardnadze), la propuesta de Pávlov consiste en la imposición de un estado de excepción limitado a las regiones conflictivas y a los sectores económicos estratégicos, a la par que una ralentización de la introducción del sistema de economía de mercado, el favorecimiento de la privatización de la propiedad y la limitación de los derechos sindicales. El tiempo dirá si este recurso a un autoritarismo limitado resulta positivo o si, por el contrario, tiene el perverso efecto de forzar al Gobierno soviético a utilizar la fuerza para imponerlo, lo que sería catastrófico.

La otra amenaza a la que se enfrentaba Gorbachov (también ayer y a modo de culminación de una áspera semana) era la posibilidad de que el Comité Central del PCUS decidiera destituirle de su cargo de secretario general. Un ataque más radical, más primario, que le fue fácil esquivar, pero que no deja de poner de relieve el nivel de contestación al que se enfrenta.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_