Gorbachov firma un pacto con responsables de nueve repúblicas para atajar el caos en la URSS
El presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y su principal rival político, Borís Yeltsin, presidente de la Federación Rusa, han hecho las paces y lanzado un llamamiento conjunto a sus conciudadanos para poner fin a las huelgas y adoptar medidas económicas urgentes. El programa anticrisis del líder del Kremlin fue aprobado por Yeltsin y otros ocho líderes de otras tantas repúblicas de la Unión en la noche del martes. La declaración, que apareció ayer en la primera página del diario Pravda, deja sin argumentos a los duras del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), cuyo Comité Central se reunió ayer.
Mijaíl Gorbachov pasó de la noche a la mañana de una posición de extrema debilidad a una de gran fuerza después; de lograr acuerdos vitales con la mayoría de las repúblicas de la URSS. En la declaración conjunta que firme con los líderes de nueve de las 15 repúblicas que forman la UR53, se acuerda poner fin a la guerra de las leyes y los presupuestos, realizar elecciones generales una vez firmado el nuevo Tratado de la Unión y aprobada la nueva Constitución, se reconoce el derecho de las otras repúblicas a no firmar el nuevo tratado de la URSS -advirtiéndolas de que no podrán gozar de las ventajas económicas de las que la firmen- y se llama a los obreros a terminar las huelgas.Este acuerdo político, sin lugar a dudas el más importante de los últimos tiempos, además de la firma de Gorbachov, lleva la de su gran rival y líder de Rusia, Borís Yeltsin, así como también la de los jefes de Estado o Gobierno de Ucrania, Bielorrusia, Uzbeskistán, Kazajstán, Azerbaiyán, Kirguizistán, Tayikistán y Turkmenistán.
Aunque los líderes no decidieron implantar el estado de excepción, como pide el grupo conservador Soyuz, sí acordaron introducir un "régimen especial de trabajo en las ramas básicas de la industria, en las empresas que fabrican productos de amplio consumo y en el transporte ferroviario", con el fin de "estabilizar la situación en la economía".
Acortar plazos
Gorbachov y los dirigentes de las nueve repúblicas consideran necesario terminar "lo más pronto posible el trabajo sobre el proyecto del nuevo Tratado de la Unión" con el fin de poder firmarlo, y luego, en un plazo de seis meses, aprobar la nueva Constitución, que "debe basarse" en el Tratado de la Unión.Mientras tanto, hay que "tomar mecidas decisivas para restablecer el orden constitucional y el cumplimiento riguroso de las leyes vigentes". Esto significa que termina la guerra de las leyes, consistente en que si el centro aprobaba una ley que no gustaba a Rusia o a otra república, ésta aprobaba otra ley en contra de la federal, y viceversa. Esta guerra ya se había extendido a niveles más bajos: las provincias aprobaban decisiones que contradecían las leyes republicanas, y los ayuntamientos, resoluciones contra las provincias.
Los dirigentes de las nueve repúblicas y el presidente Gorbachov -"reconociendo el derecho de Letonia, Lituania, Estonia, Moldavia, Georgia y Armenia a decidir por su cuenta si se unen al Tratado de la Unión"- advierten que "consideran necesario establecer un régimen más favorecido" para las repúblicas que firman el tratado "en los marcos del espacio económico unido que forman".
Esto significa que reconocen a las mencionadas repúblicas el derecho a la secesión, pero que, como ya amenazó el primer ministro de la URSS, Valentín Pávlov, los que no firmen el tratado no podrán comerciar de acuerdo con los precios en rublos establecidos en el mercado soviético, sino que tendrán que hacerlo a precios mundiales y en divisas.
El documento firmado por Gorbachov puede traducirse también en que éste no termine su periodo presidencial. En efecto, en la declaración conjunta se dice que es necesario, "después de aprobada la nueva Constitución, preparar y realizar elecciones a los órganos de poder de la Unión, estipulados en el tratado y en la Constitución". Es decir, que habrá elecciones generales parlamentarias y presidenciales antes de 1994, año en que debía expirar el mandato cle los actuales diputados de la URSS. El de Gorbachov termina en 1995. Este punto debe satisfacer, por lo menos en parte, a los demócratas y a los huelguistas, que piden la disolución de Parlamento y el cese del presidente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.