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Dos 'guardiolas' bien aguardiolados

Domínguez / Galloso, Esplá, CampuzanoToros de María Luis Domínguez Pérez de Vargas, bien presentados, inválidos los tres primeros, bravos 4º y 5º, deslucido 6º. José Luis Galloso: estocada corta atravesada y tres descabellos (silencio); pinchazo y estocada corta baja (pitos). Luis Francisco Esplá: dos pinchazos y estocada corta (silencio); pinchazo, estocada corta y tres descabellos (ovación y salida a los medios). Tomás Campuzano: pinchazo, bajonazo descarado y cuatro descabellos (silencio); pinchazo hondo y media estocada tendida (silencio). Plaza de la Maestranza, 22 de abril. 18ª y última corrida de feria. Más de tres cuartos de entrada.

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JOAQUÍN VIDAL La primera mitad de la corrida salió que ni parecía Guardiola, ni nada. Una advertencia inicial, para no iniciados en tauromaquia y sus índices onomásticos: la ganadería de autos -brava donde las haya- se lidia a nombre de María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, pero la afición no denomina sus toros los domínguez, ni los vargas, ni los marialuisos, sino los guardiolas, por la sencilla razón de que María Luis Domínguez Pérez de Vargas es viuda de Salvador Guardiola, y madre de los hermanos Guardiola, agricultores y ganaderos que llenan la cuarta parte de las barreras de la Maestranza, vamos al decir. O sea que los guardiolas. Y no salían aguardiolados en su primera mitad, todo lo contrario. Sólo el tercero dio síntomas, por lo mucho que humillaba -a pesar de lo poco que embestía- y fue el anuncio de los muy aguardiolados toros que habrían de venir.

Los aguardiolados toros salieron en cuarto y quinto lugar y se produjo el gran espectáculo. Ninguno de los dos resultó completo y una buena estratagema ganadera habría consistido en aparearlos, si no fuera porque esa sería coyunda contra natura. Quiere decirse que el cuarto pareció bravo en varas y no pudo confirmarse porque dadas sus limitadas fuerzas sólo puyazo y medio recibió, mientras para la muleta dio un juego extraordinario. En tanto el quinto, que en el primer tercio demostró su bravura con creces, derribando con estrépito, tomando tres varas cada vez desde más lejos -la última desde el mismísimo centro del redondel- y recargó codicioso, después se vino abajo.

A las banderillas también embistió con alegría y hubo un momento mágico, cuando Luis Francisco Esplá -que realizó un gran tercio- y el toro bravo, se medían en la soledad inmensa del albero, y se hizo un silencio, y la banda tocó con dulzura un solo de pasodoble... En el graderío, el que menos no se habría cambiado entonces ni por el emperador de la China. "¡Esto es la fiesta!", gritó alguien desde los tendidos de sol.

Los Guardiola, casta brava demostrada a lo largo de los anos, cierran la feria. Es lo tradicional, en Sevilla. El coso se llenó de aficionados puros. Los que van a la Maestranza a dictar, la postura que se debe poner para estar alí pintando la mona, y al que no la ponga, puerta, esos no estaban ya. Estaban los aficionados para ver los Guardiola, su juego, su bravura, y si no había tal cosa -como ocurrió, salvo en los dos aguardiolados toros-, pues mala suerte y, en casos de extrema necesidad, cicuta.

El aguardiolado cuarto se le fue a Galloso sin torear. Pretendía hacerlo con la suerte tan descargada que casi citaba de espaldas, y así no se torea. Al aguardiolado quinto lo lució en varas Esplá y luego le hizo una faena muy ceñida y torera, tan corta como la escasa embestida final del Guardiola requería. El sexto se dolió en varas, acabó flojo, desigual e incierto, y Tomás Campuzano le trasteó un poco a la defensiva. Con ese toro habrían lucido las faenas antiguas, de recurso y repertorio, pero Tomás Campuzano es torero moderno. Los tres primeros, en cambio, no tenía ni esa ni ninguna. Los toros inválidos, no se torean: se mandan al matadero. Sin embargo, vinieron después los dos guardiolas aguardiolados para mantener en alto el pabellón de la bravura y recordar dónde está la verdad de la fiesta. Francamente: si a un servidor le encargan mejorar cualquiera de esas ganaderías fofas y descastadas que se han visto en la feria, voy y la aguardiolo. Vaya que si la aguardiolo.

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