ETA asesina a una joven hija de un policía y hiere de gravedad a sus hermanos y al agente
La joven Koro Villamudria, de 17 años, falleció ayer en San Sebastián en un atentado terrorista dirigido contra su padre, el agente M Cuerpo Nacional de Policía Jesús Villamudria Lara. Éste y sus otros tres hijos, Josune, Luis y Leire, se encuentran internados en el hospital de Guipúzcoa en estado grave como consecuencia de las heridas provocadas por un artefacto explosivo colocado en los bajos de su automóvil, un Renault 25. Éste es el segundo atentado terrorista que padece la familia Villamudria, destrozada tras esta nueva acción de ETA. El primero fue el pasado 5 de febrero.
Poco antes de las ocho de la mañana, el policía Jesús Villamudria y sus cuatro hijos se disponían a realizar en automóvil el recorrido que efectúan todos los días para trasladarse hasta los centros donde reciben clase los niños. El comando que cometió el atentado sabía que los escolares efectuaban diariamente el mismo recorrido.Tres de ellos, Josune, de 17 años, Luis, de 15, y Leire, de 12, se encontraban en el interior del vehículo mientras que el padre y la gemela de la primera, Koro, estaban próximos a la parte delantera del vehículo, lugar en el que estaba el explosivo, compuesto por tres kilos de amosal. El artefacto estalló cuando el policía cerró el maletero del automóvil, de donde había extraído un paraguas para protegerse de la lluvia y un periódico sobre el que Iba a arrodillarse para inspeccionar si el coche tenía algún artefacto. El sistema empleado para accionar el artefacto era el de péndulo, que hacía mucho tiempo que ETA no utilizaba.
En los minutos que siguieron a la explosión se sucedieron en torno a las víctimas escenas de horror. La madre, Luisa Sánchez, se encontraba en el momento de la explosión en el balcón de la casa, despidiendo a su farnih1a. En medio de una crisis nerviosa, bajó a la calle, donde entre sollozos, decía: "¿Por qué les han hecho esto?".
Numerosos escolares de la zona se aproximaron hasta el lugar de los hechos interrumpiendo sus clases, tras el estruendo que se escuchó en el barrio y sin poder ocultar el horror que les produjo ver los cuerpos de los cuatro hermanos y su padre sobre el asfalto y entre el amasijo de hierros del coche. El joven Luis Villamudria salió despedido 15 metros del sitio donde se encontraba el vehículo.
Segundo atentado
La familia Villamudria residía hasta el 5 de febrero en el número 4 ele la avenida de Ulía, inmueble en el que ETA colocó una bomba con 10 kilogramos de amosal. Los vecinos, agentes de policía, y sus familias tuvieron que ser desalojados del edificio y trasladarse a otras viviendas.
Jesus Villamudria, de 46 años y natural de Arlanzón (Burgos), lleva 21) años destinado en el País Vasco. Después del anterior atentado, había solicitado destino a otra provincia y se encontraba a la espera de que Interior le asignase fecha de traslado.
Koro Villamudria cursaba tercero de BUP en el instituto de Bidebieta, próximo al lugar en el que residía anteriormente, mientras que su hermana gemela, Josune, se encuentra en primero. Ayer se suspendieron las clases en el centro y se mantuvieron reuniones tanto por parte de los alumnos como del profesorado.
Estos últlmos decidieron no impartir clases ni ayer ni hoy tras condenar el atentado. Los otros dos hermanos, Luis y Leire, asistían a los colegios de los Maristas de Champagnat y Eucarístico San José, respectivamente.
La capilla ardiente por Koro Villamudria quedó instalada en la tarde de ayer en el Gobierno Civil de Guipúzcoa y los funerales se celebrarán hoy en la iglesia de la Sagrada Familia. La joven, según sus familiares, deseaba ser policía como su padre y había comprado ya los apuntes para prepararse el examen de ingreso a la academia de policía. Por ello, las honras fúnebres se celebrarán como si la joven fuera agente de policía.
ETA ha causado la muerte, incluyendo el atentado cometido ayer, de 14 niños y jóvenes y heridas de diversa consideración a numerosos menores en diferentes atentados cometidos desde 1978 hasta hoy.
"Siento vergüenza y ganas de llorar", comentó emocionado el lehendakari, José Antonio Ardanza, quien criticó duramente el doble lenguaje de ETA al pedir la negociación poniendo cadáveres de niños encima de la mesa. El presidente del Gobierno vasco mostró su perplejidad por estar "escuchando en todo momento mensajes de negociación".
Ardanza añadió que el único mensaje que se puede dirigir a ETA es que deje de atentar y matar, y a partir de ahí estará dispuesto a dialogar.
[HB exigió al Gobierno que adopte los gestos requeridos" por ETA para. reemprender las "conversaciones políticas", al tiempo que Iamenta" la muerte de la joven, informa Efe.]
El delegado del Gobierno en el País Vasco, José Antonio Aguiriano, que hablaba el domingo de una posible amnistía para los presos de ETA con delitos de sangre, ["con el cese definitivo de la violencia todo es posible", dijo], expresó ayer su indignación por el atentado e indicó que "nunca podrá haber amnistía para los autores de un atentado" como el de ayer.
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