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POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

Una luna de miel desconcertante

Siria está convencida de que las buenas relaciones con EE UU facilitarán su política exterior

G. HIGUERAS ENVIADA ESPECIAL, Washington y Damasco han iniciado una luna de miel que tiene desconcertados a los sirios, que se debaten entre las tópicas aspiraciones de dólares en abundancia, CocaCola y Disneylandia y el odio al antiguo Satán. A su vez, "el Gobierno norteamericano ha descubierto que el presidente Hafez el Asad es un hombre pragmático, serio y en cuya palabra se puede confiar", aseguran fuentes diplomáticas occidentales. Siria parece convencida de que las buenas relaciones con EE UU facilitarán la base de su política exterior -el diálogo árabe-israelí- y ayudarán a reponerse a la deteriorada economía nacional.

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De momento, todos parecen contentos con el nuevo ritmo que ha traído al secretario de Estado norteamericano, James Baker, a Damasco dos veces en menos de un mes. Atrás quedó 1983, cuando soldados norteamericanos y sirios sostuvieron encontronazos armados en Líbano en más de una ocasión. Siria continúa estando en la lista negra del Departamento de Estado como uno de los países que apoya el terrorismo internacional, pero esto, según los funcionarios, es una "cuestión técnica", ya que ahora los dos Gobiernos colaboran estrechamente para crear una "definición común de terrorismo"."EE UU nos acusaba de terroristas y le hemos ayudado y ayudamos a liberar a sus rehenes en Líbano; decía que no se podía confiar en nosotros y hemos enviado a, nuestro Ejército a combatir con ellos; nos acusaban de radicalismo, y durante la crisis del Golfo hemos optado por la posición de la ONU. Ahora les toca a ellos, afirma un diplomático sirio.

El presidente Hafez el Asad ha dicho más de una vez que 1a recuperación de Jerusalén está antes que la de los altos del Golán", zona esta última tomada por Israel a Siria en la guerra de 1967. De ahí la necesidad que tiene el Gobierno de Damasco de presentar a la población un avance hacia la solución del problema palestino. Cualquier paso en este sentido justifica la amistad con EE UU ante un pueblo deseoso de ello.

En medios norteamericanos se, respira un cierto aire de confianza o de triunfalismo, tras la victoria del Golfo, que permite ser optimista sobre el futuro de las relaciones entre los dos países, pese al espinoso pasado bilateral.

Fuentes diplomáticas indican que los intentos de acercamiento datan de 1988, cuando Siria, país que había recibido todo su apoyo internacional y, militar de Moscú, Fue informada por el entonces ministro de Exteriores, Edvard Shevardnadze, de que la situación en la URSS era tan dramática que no cabía esperar mucha ayuda. La crisis económica que padecía el país de los Omeya convenció a sus dirigentes de que no había más remedio que abrirse a Occidente.

"El proceso de acercamiento a EE UU culminó en noviembre pasado con el encuentro en Ginebra entre los presidentes de ambos países, Hafez el Asad y George Bush, algo que ninguno nos habíamos ni siquiera atrevido a pensar", indica un analista sirio.

Por lo pronto, tanto en la zona moderna como en el histórico zoco de Damasco ya hay pruebas concretas de la aperturade Siria a Occidente. Los escaparates han cambiado sensiblemente, hay nuevas tiendas y se encuentran los más variados productos de impoirtación.

La burguesía. de la capital ha dejado de fugarse a Líbano para aprovisionarse de lo que aquí no había.

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