La contaminación de la ciudad de México se hizo insoportable en los últimos meses
La gravísima polución atmosférica de la capital de México se ha acentuado en el pasado invierno hasta extremos insoportables. La proverbial contaminación de la capital del distrito federal es la causa de que diariamente 10 niños de cada aula falten a clase, afectados por enfermedades respiratorias. Los diplomáticos extranjeros cobran un plus de peligrosidad por vivir en la ciudad considerada como la más contaminada del mundo.
Abrir la ventana una mañana cualquiera en la ciudad de México es una oportunidad única de recibir una bocanada de plomo mezclado con azufre y monóxido de carbono. Al salir, uno puede encontrarse en la calle con los cadáveres de los pájaros que no han resistido el aire envenenado.Es como vivir en el interior de una cámara de gas. Los mov1mientos ecologistas han advertido que sólo una extraordinaria capacidad de adaptación del hombre al medio ambiente permite que más de 20 millones de mexicanos realicen todavía cada día sus labores habituales en una ciudad en la que, según el último informe oficial, se descargan cada año cinco millones de toneladas de productos tóxicos.
La vida, efectivamente. continúa bajo este manto gris que ha hecho olvidar a los mexicanos el color del cielo, pero no sin consecuencias. Las enfermedades pulmonares y respiratorias han aumentado en el último año en un 20%, además de la influencia que la contaminación puede tener, según los médicos, en la evolución de otros tipos de enfermedades.
Un informe de la Secretaría de Ecología advierte que la alta concentración de monóxido de carbono en el aire provoca una disminución del oxígeno en la sangre y, como consecuencia, "un deterioro de la percepción visual, la destreza manual y la habilidad para aprender". Especialmente perjudicial resulta para la gente que toma medicamentos o ingiere alcohol.
El principal culpable
Aunque la ciudad de México está rodeada por decenas de miles de industrias contaminantes en distinta proporción, los expertos consideran que el 75% del envenenamiento del aire es culpa de los cerca de tres millones de automóviles particulares, 60.000 taxis y 17.000 autobuses que -muchos de ellos en pésimo estado- circulan en la mayor urbe del mundo. La decisión tomada el año pasado de que los automóviles privados no puedan circular durante un día a la semana sólo sirvió como paliativo temporal del problema.Este invierno pasado ha sido el más irrespirable de los último años. Las autoridades se han visto obligadas a tomar medidas de mayor trascendencia, como el cierre de la refinería Azcapotzalco. "Con esta medida, el Distrito Federal dejará de recibir 4.800 toneladas anuales de óxido de azufre, 3.900 de óxido de nitrógeno y 1.136 de partículas suspendidas", calcula Homero Aridjis, presidente del Grupo de los Cien, el principal colectivo de defensa ecológica de México.
El cierre de la refinería de Azcapotzalco, personalmente ordenado por el presidente Carlos Salinas, soluciona, según las estimaciones oficiales, el 7% del problema, aunque otras fuentes independientes creen que ese cálculo es muy optimista.
La decisión de Salinas, que se hizo eco de una clara exigencia popular, le será muy cara al Gobierno. Cinco mil empleados de la factoría quedarán en paro, y México, uno de los principales exportadores de petróleo del mundo, se verá obligado a importar gasolina refinada para compensar el producto que faltará por el cierre. El gasto aproximado de la medida presidencial es de 500 millones de dólares.
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