La Asamblea Nacional Constituyente se enfrenta con el Congreso de Colombia

Una dura polémica mantiene vivo el interés de los colombianos: el enfrentamiento entre el Congreso y la Asamblea Nacional Constituyente. Todo empezó cuando la Alianza Democrática M-19 (AD M-19) planteó que las reformas adoptadas por la Constituyente deben aplicarse de inmediato. Y como, sin lugar a dudas, grandes reformas se harán al legislativo, se tendrán que convocar elecciones parlamentarias este mismo año.

Tres razones aducen quienes aprueban la revocatoria del mandato al Congreso. Primero una razón de supervivencia: no se puede dejar la reforma constitucional en manos de sus enemigos. Se corre el grave peligro de que el Congreso haya un desarrollo legal que neutralice la reforma. Segundo, una razón de urgencia nacional. El país necesita como agua de mayo una transformación política; no pueden congelar por cuatro años los cambios. La tercera es una razón de lógica: las reformas más serias y profundas son las que se harían en el Congreso. Van a existir tantas diferencias en su origen, en su composición, en su tamaño y en sus funciones que sería absurdo mantener el Congreso actual.Los congresistas pusieron el grito en el cielo; apenas hace un año que fueron elegidos para un periodo de cuatro. Al AD M-19 se unía la voz del Movimiento de Salvación Nacional, encabezado por el derechista Álvaro Gómez Hurtado. Tanto a él como a Antonio Navarro, jefe del M-19, se les acusa de ocultar, tras su propuesta, intereses partidistas. "Navarro y Gómez están en lucha por el poder". Es verdad que de convocarse nuevas elecciones estas dos fuerzas nuevas, hoy minoritarias en el Parlamento, lograrían una alta representación.

A tal punto ha llegado la guerra entre los dos cuerpos colegiados que el senador Alberto Santofimio aseguró que pediría la protección del Ejército en caso de que se haga realidad la revocatoria del mandato. En grandes avisos de prensa los miembros de la Junta Interpalamentaria advierten que disolver las Cámaras provocará un golpe de Estado.

"Yo no sé de qué golpe de Estado hablan. Yo no creo que se vaya a dar ninguna movilización popular para apoyar al Congreso. Creo también que el Ejército va a respetar la Constitución; es más, creo que le simpatiza bastante el cambio político. Lo único que puede ocurrir es un asesinato político, a lo que ya estamos acostumbrados en Colombia", dijo a EL PAÍS Antonio Navarro. En los últimos días se han intensificado las amenazas de muerte contra los líderes de la AD M-19.

La semana pasada terció en el debate el presidente César Gaviria. Su posición es más jurídica que política. Aseguró, refiriéndose a un decreto de la Corte Suprema de Justicia, que la Constituyente es limitada y no puede eliminar el poder de los elegidos popularmente en 1990. Para los partidarios de la revocatoria del mandato, para muchos analistas y juristas, este decreto al que se refiere el presidente ya ha perdido vigencia y la Constituyente es un solo órgano omnipotente y no omnímodo. "La Asamblea debe velar porque las reformas que haga tengan viabilidad y no sean sometidas a inmediatos procesos de destrucción. Su supervivencia es de interés público y deberá primar en el caso de que ellas resulten incompatibles con situaciones institucionales existentes", afirmó Álvaro Gómez.