Bush afirma que "la sangre norteamericana no será derramada en la guerra civil iraquí"
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se disponía ayer a votar una nueva resolución sobre Irak, esta vez sobre un texto presentado por Francia en el que se condena la represión llevada a cabo por el régimen de Bagdad contra las minorías kurda y shií que se han rebelado contra Sadam Husein, y se pide el envío inmediato de ayuda a las poblaciones afectadas. Simultáneamente, el presidente norteamericano, George Bush, volvió a reiterar su política de no intervención en Irak, con la explicación de que "la sangre norteamericana no sería derramada en la guerra civil iraquí".
El texto de resolución presentado por Francia cuenta con el a.poyo total de Estados Unidos y el Reino Unido y con la oposición frontal de Cuba y Yernen y la velada de otros países, incluidas la Unión Soviética y China, piara quienes la aceptación literal del texto francés supondría de hecho una injerencia en los asuntos internos de un país miembro de las Naciones Unidas.El proyecto de documento, que, en opinión de los observadores, será modificado antes de procederse a su votación, "condena la represión de la población civil iraqui en muchas partes de Irak, incluidas zonas pobladas del Kurdistán, con unas consecuencias que amenazan la paz internacional y la seguridad en la región".
Esta última coletilla ha sido añadida para justificar la intervención del Consejo de Seguridad, que sólo puede pronunciarse, de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, en aquellos asuntos que constituyan precisarnente una amenaza a la paz y seguridad internacionales.
Igualmente pide a Irak que "ponga fin inmediatamente a la represión e inicie un diálogo abierto con el fin de asegurar que los derechos humanos y políticos de todos los ciudadanos iraquíes son respetados".
El texto hace un llamamiento al Gobierno de Bagdad para que permita "el acceso inmediato de las organizaciones internacionales humanitarias para que puedan prestar ayuda a todos aquellos que la precisen".
Proyecto francés
El proyecto de resolución fue distribuido el jueves por Francia a los restantes 15 miembro del Consejo y recibió el inmediato apoyo de los embajadores de Estados Unidos y el Reino Unido Thornas Pickering y sir David Hanney.
Estados Unidos, cuyo presiderite ha sido duramente críticado por influyentes congresistas por su negativa a intervenir en Irak tras haber pedido a la población que derrocara a Sadam Husein, decidió, después de un día de indecisión, apoyar firmemente el documento francés para contrarrestar las acusaciones de insensibilidad sobre la suerte de los kurdos lanzadas desde varios sectores de la opinión pública estadounidense.
Por su parte, el embajador iraquí ante la organización Internacional, Abdul Amir al An bar¡, acusó a Irán y Turquía de aprovecharse de "la trágica s'.tuación" que atraviesa Irak para desestabilizar a su país.
"Turquía no puede pretender preocuparse por los kurdos cuando la población kurda en ese país no puede declararse kurda ni puede hablar ese idioma en sus casas", declaró.
En unas declaraciones realizadas en Los Ángeles, donde se entrevistó con el primer ministro japonés, Toshiki Kalfu, Bush rechazó airadamente en rueda de prensa esas acusaciones y se irritó visiblemente cuando un periodista le preguntó si su decisión de no intervenir en apoyo de los kurdos podía equipararse a la adoptada en 1961 por el presidente John F. Kermedy en Bahía de Cochinos.
En aquella ocasión, Kennedy, después de haber animado a los guerrilleros anticastristas entrenados por la CIA a invadir Cuba, se negó a facilitarles la necesaria cobertura aérea para la operación de desembarco, que terminó en un rotundo fracaso.
"No vamos a dejarnos arrastrar y a enviar vidas preciosas americanas a esta batalla. Nosotros hemos cumplido nuestras obligaciones", contestó irritado el presidente.
"Condeno la, brutalidad de Sadam Husein contra su propio pueblo, pero no quiero ver a las fuerzas de Estados Unidos inmersas en una guerra civil".
El presidente Bush enviará a su secretario de Estado, James Baker, a Oriente Próximo la próxima semana, en un viaje que incluye Israel y Egipto, para tratar la seguridad en la zona. Conforme a lo anunciado por el Departamento de Estado, Baker saldrá de Washington el próximo lunes 8 y regresará el viernes. Bush anunció ayer que aviones de transporte militares de EE UU comenzarán el próximo domingo a parachutar víveres y otros materiales a los refugiados y civiles iraquíes al norte de Irak.
Saliendo al paso de sus críticos, Bush declaró enfáticamente que nunca había prometido ayudar a los kurdos y shiíes en su revuelta contra Sadam.
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