Vivir de promesas

El siguiente contexto es para que los ciudadanos reflexionen a la hora de emitir su voto y pensemos que las promesas de los políticos, alcaldes, etcétera, son sólo eso, promesas.En su día, el alcalde Juan Barranco, en la inauguración de la plaza de la Remonta, prometió a los ciudadanos que a los que teníamos unas casas casi en ruinas nos darían vivienda digna, y siempre en el barrio que nos ha visto nacer. Pues bien, señores, al cabo de tanto tiempo sigo sin vivienda en el barrio que me vio nacer, pues solicité un cambio y jamás llegó ese cambio, pues siempre dicen lo mismo: no hay, no hay y no hay. Donde yo vivo, en Tetuán, hay cientos de pisos, unos terminados y otros en construcción, pero ellos siguen diciendo que no hay. He escrito al alcalde (actual) señor Sahagún: nada, ni contestación (será que no es de su incumbencia, pero, en cambio, hay pisos del Ayuntamiento en la misma plaza de la Remonta), pero nada. He escrito al director del Instituto de la Vivienda seis cartas certificadas: jamás hubo contestación. Y encima, cuando usted llama al instituto rogando y suplicando tiene que soportar lo de siempre: ¡ya le hemos dicho que no hay, y no insista!

Mi pregunta, señores, es: ¿para qué votamos a las personas que siempre nos prometen y jamás cumplen? Por favor, reflexionen antes de votar... pues siempre vivimos de promesas y promesas.-