Me quito el sombrero
No me canso de decir que los argentinos, además de contar chistes sobre los gallegos (españoles), debiéramos usar sombrero para poder descolgarlo de nuestras cabezas y saludar a la madre patria. Por lo menos en lo que respecta a la superación de asignaturas duras y, afortunadamente, no más pendientes. Y lo digo por el 23-F, pues me causa regocijo leer sobre la investigación que publicaron ustedes al cumplirse 10 años del evento que enterró para siempre el nazismo de unos pocos españoles.Las ganas de una vida limpia entre todos, la actitud de la mayoría de los políticos, la reacción del Rey y, lo más importante, la vergüenza de una sociedad moderna impidieron el último acto de irracionalidad de quienes creían que España continuaba siendo su coto privado de caza.
Diez años o siglos después, tenemos la obligación de reflexionar sobre el tamaño de la victoria de los que querían volar sobre quienes nunca supieron alzarse del suelo.
Sólo me queda esperar que en mi país podamos acceder a la etapa de las ganas de volar, dejando de lado esa maldita costumbre de la mayoría de nuestros políticos de andar revolcados por el piso.
Hurra por los 10 (mil) años de historia aérea española.-
