La lluvia suspendió la 'corrida' de los valencianos

La corrida de ayer en Valencia, sexta de la Feria de las Fallas, fue suspendida a causa de la lluvia. A partir de mediodía estuvo lloviendo persistentemente en la ciudad y poco antes de la hora fijada para el comienzo del festejo -cinco de la tarde-, las cuadrillas, autoridad y empresarios salieron bajo paraguas al ruedo , donde comprobaron su mal estado, a pesar de lo cual los espadas dieron a conocer su propósito de torear la corrida. Estos espadas eran Manolo Sales, Soro II y Víctor Manuel Blázquez, toreros de la tierra los tres, componentes de un cartel que no figuró en el abono en un principio, y que fue introducido a propuesta de varios diputados provinciales, en nombre de su corporación, propietaria del coso. A este festejo le llamaban, sin ninguna propiedad, "la corrida de los valencianos".Los pocos espectadores que permanecían en el tendido recibieron con estupor esta determinación de dar la corrida, y cada cual se dispuso a afrontar la inclemencia del tiempo como podía, mientras por el callejón los mozos de espadas se afanaban en desplegar capotes, armar muletas, desenfundar estoques; los servidores de puyas las iban colocando junto a la pared en orden de combate; torileros y areneros ocupaban sus lugares asignados; se llenaba de gente el palco presidencial, y todo parecía estar a punto para la función.

Deliberaciones

Arreció el aguacero, y como no empezaba la corrida, muchos espectadores hicieron ruidosa manifestación de su protesta. Inesperadamente, tras media hora de incómoda espera, se anunció por la megafonía de la plaza que la corrida quedaba suspendida. Esta decisión se adoptó en el patio de cuadrillas, de común acuerdo y tras las oportunas deliberaciones de los protagonistas del espectáculo -empresa, autoridad y toreros-, con la única excepción de los toros, que eran de la ganadería vallisoletana de Molero hermanos, permanecían enchiquerados bien a su pesar y no fueron consultados.