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Entrevista:

"Pérez de Cuéllar se estrelló con la ceguera suicida de Sadam"'

Salmantino y licenciado en derecho por su universidad natal, Francisco Villar no cuadra, y así lo prueba su brillante carrera profesional, en aquel viejo refrán latino: Quod natura non dat, Salamantica non prestat (Lo que no da la naturaleza, no se adquiere en la Universidad de Salarnanca).Profesor y jefe de estudios en la Escuela Diplomática, Villar es uno de nuestros máximos representantes en Naciones Unidas, donde ha estado destinado tres veces, primero como secretario de embajada, después como consejero y, en la actualidad, como jefe de misión, donde sustituyó n el cargo al ex ministro Fernando Morán.

Antes de incorporarse a su nuevo destino en Madrid, Villar, prolífIco autor de artículos sobre política internacional y del libro El proceso de autodeterminación del Sáhara, ha mantenido una entrevista con este periódico.

Pregunta. ¿En qué medida ha influido el fin de la guerra fría en el nuevo protagonismo que ha cobrado la ONU?

Respuesta. De manera muy considerable, sobre todo en materia de solución de los conflictos regionales. En general, ha disminuido espectacularmente el clima de enfrentamiento que había presidido la labor de Naciones Unidas desde poco después de su fundación. Pero es en el Consejo de Seguridad, en particular, donde el cambio ha sido más notable. Si se ha conseguido el desbloqueo en sus funciones, ha sido gracias a la cooperación de las grandes potencias. Por otra parte, la cambiado la actitud de Estados Unidos y de la Unión Soviética con relación a la organización. Los norteamericanos tienen ahora una actitud más positiva y menos hostil que la que mantuvieron durante los años de la Administración de Reagan. A su vez, el "nuevo pensamiento" sobre política exterior de Gorbachov concede una alta prioridad a Naciones Unidas.

P. ¿Refleja realmente la ONU ese clima de cooperación o, por el contrario, los recelos alimentados por los dos bloques durante décadas siguen manifestándose de alguna manera?

R. En realidad, cualquier cambio climático en las relaciones internacionaldes tiene su reflejo, antes o después, en Naciones Unidas. El nuevo clima de cooperación es palpable. Por otra parte, el llamado bloque soviético se ha desintegrado, y, en la ONU, el grupo de Estados de Europa oriental mantiene una existencia puramente formal. La mayoría de sus integrantes se alinea cada vez más con las posiciones de los países occidentales.

Norte-Sur y Este-Oeste

P. ¿Hasta qué punto no existe el temor de que el enfrentamiento anterior Este-Oeste no sea sustituido por un nuevo enfrentamiento Norte-Sur, o mundo industrializado y Tercer Mundo?R. Si no fuerte temor, sí existe al menos una considerable preocupación. Dos tercios de los países miembros de la ONU pertenecen al llamado tercer mundo, y desde 1960, como mínimo, las sensibilidades de los países en vías de desarrollo y los problemas entre el Norte y el Sur han sido los predominantes en Naciones Unidas. Ante la brecha creciente que separa a los países industrializados de la mayoría de los países en vías de desarollo, y ante la situacion dramática que atraviesan amplias regiones de África y América Latina y algunas de Asia, es lógico que haya preocupación. Existe además el recelo de que una parte considerable de la asistencia y de los recursos del Norte pueda desviarse hacia la Europa central y del Este.

P. Concretándonos al reciente conflicto del Golfo, ¿la ONU, como tal organización, ha jugado realmente un papel importante, o se ha limitado a actuar como simple correa de transmisión de los acuerdos alcanzados en privado por los cinco grandes?

R. Habría que distinguir entre los diferentes órganos principales. La Asamblea General se ha mantenido al margen, porque estaba actuando el Consejo de Seguridad, y así lo prescribe el artículo 12 de la Carta. El secretario general ha hecho cuanto ha podido, sin éxito. Además del muy escaso margen de maniobra que le dejó el Consejo de Seguridad, se estrelló en la intransigencia o en la ceguera suicida de Sadam Husein. Sin embargo, el Consejo de Seguridad sí ha desempeñado un papel relevante desde el comienzo de la crisis, aplicando el capítulo VII de la Carta (sanciones y autorización del uso de la fuerza). No hay duda de que en el Consejo hay una determinada relación de fuerzas y de que el peso de sus cinco miembros permanentes es más que considerable, perosería una simplificación sostener que los cinco han tenido maniatados a los 10 miembros no permanentes.

P. ¿Existe alguna posibilidad de que se plantee en el futuro un cambio de la Carta que pudiera contemplar la eliminación del veto de los cinco grandes o el reforzamiento de los poderes de la Asamblea General?

R. Es una posibilidad que se ha planteado con mayor o menor intensidad a lo largo de estos 46 años de vida de la organiza ción. Hay países (Alemania, Ita lia, Japón, la India y Brasil, entre otros) con una vieja y no oculta aspiración a convertirse en miembros permanentes o semipermanentes. Ahora se habla de nuevo con insistencia de la nece sidad de adaptar la composición del Consejo de Seguridad a las realidades imperantes en el escenario internacional. Cada día aparecen nuevas sugerencias: ampliación de los miembros permantenes o sustitución de alguno de ellos, eliminación del derecho de veto, etcétera. Soy escéptico. Cualquier reforma de la Carta es susceptible de veto y por tanto, está supeditada a la voluntad de los cinco actuales. Quizá se pueda avanzar más por la vía de los poderes de la Asamblea General.

P. ¿Vislumbra usted algún papel para la ONU en la solución del problema palestino?

R. El marco para la solución del conflicto árabe-israelí, cuyo núcleo es la cuestión palestina, es el trazado en las.ya viejas resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad. La Asamblea General, por su parte, ha adoptado innumerables resoluciones específicas sobre la cuestión, y, entre otras cosas, ha recomendado la celebración de una Conferencia Internacional de Paz sobre Oriente Medio (CIOM), que podría ser preparada por el Consejo de Seguridad. El problema, como es bien sabido, es que Israel no acepta la CIOM y que, por su parte, Estados Unidos no está dispuesto a presionarle para que lo haga.

El papel de China

P. ¿Qué papel ha jugado y va a jugar China en el futuro? ¿Se advierte en sus actuaciones un deseo de integrarse o, por el contrario, sigue atrincherada en su tradicional aislamiento?R. Lógicamente, debería jugar un papel cada vez más importante, pero hoy, y pese a ser uno de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, su actuación en la ONU es más bien limitada, de perfil bastante bajo.

P. ¿Que papel está jugando y puede jugar España? ¿Se nos consulta o escucha en los grandes problemas, o sólo nos dan cancha en los temas que afectan a América Latina?

R. Está jugando un papel destacado desde hace algún tiempo en las dos vertientes fundamentales de actuación de la organización. En el. terreno de la pacificación, venimos prestando desde hace años una ayuda importante al secretarÍo general en su labor de buenos oficios en el conflicto del Sáhara Occidental y en los conflictos centroamericanos. España es uno de los denominados "países amigos del secretario generaV (los otros son México, Colombia y Venezuela) en el proceso de paz de El Salvador. En el terreno del mantenimiento de la paz o peace-keeping, España ha tenido, y aún tiene, una participación muy destacada en varias operaciones (cascos azules), como las de Angola, Namibia y Centroamérica. La voz de España se escucha cada vez más en Naciones Unidas; en unas ocasiones, a título nacional; en otras, a través de los Doce, cuyo peso, también en esta organización y a pesar de lo ocurrido durante la crisis del Golfo, es creciente.

Francisco Villar será sustituido como embajador de España en la ONU por el asesor de polítíca exterior del presidente del Gobierno Juan Antonio Yáñez.

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