La nueva avería del Clínico es similar a la que causó la muerte de los enfermos
La nueva avería sufrida por el acelerador lineal de electrones del hospital Clínico de Zaragoza el pasado jueves es similar, desde un punto vista técnico, a la detectada en este aparato en diciembre de 1990 que causó la muerte de tres personas, reconocidas por el Insalud, y de cinco, según los afectados. Técnicos franceses de la empresa General Electric, encargada del mantenimiento del acelerador, llegarán el lunes a Zaragoza para reparar la nueva avería.
La única diferencia estriba en que la última avería provocó una parada instantánea del sistema y el primer accidente permitió prolongar los tratamientos durante 10 días por una secuencia de errores sobre los que todos los implicados guardan silencio.Una vez subsanada la primera avería, el Consejo de Seguridad Nuclear permitió la puesta en marcha del acelerador el pasado 1 de febrero. Cuatro días después se reiniciaron los tratamientos por los que han pasado hasta ahora entre 40 y 60 enfermos oncológicos. Técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) realizaron una auditoría los pasados días 27 y 28 de febrero sobre el fallo del acelerador, según consta en el informe remitido por el CSN a Javier Seoane, el juez que instruye las diligencias, informa Efe. Hasta el momento de detectarse el nuevo fallo, el pasado jueves sobre las 12.30 del mediodía, se habían tratado 16 enfermos, "con absolutas garantías", según han confirmado tanto el director territorial del Insalud, Alberto Larranz, como el director médico del hospital, Francisco Conget, y el jefe de sección de oncología radioterápica, Ricardo Escó.
Los dos últimos han reconocido que el equipo responsable de la radioterapia ha tenido que realizar grandes esfuerzos con los pacientes "para aclararles la situación e insistir en que hoy por hoy es el único tratamiento para algunas dolencias". Aunque ninguno de los tratados se ha negado hasta ahora, "psicológicamente tienen una gran prevención", dijo Conget. La tensión que se vive estos días en el Clínico se complicó precisamente el jueves ya que pocos minutos después de comunicarse la avería se produjo un aviso de bomba.
Origen del fallo
Según explicó el ingeniero técnico de mantenimiento, los dos fallos registrados hasta el momento tienen su origen en las fuentes de alimentación del acelerador, situadas en la sala de máquinas. A ellas se accede recorriendo dos recintos herméticamete aislados del exterior por una puerta de ocho toneladas de peso. Mientras que la avería de diciembre afectó al control de las dosis de energía, la segunda, localizada en un fusible y quizá en algún transistor, dificulta dirigir el haz de electrones al campo deseado.El hecho de que General Electric envíe técnicos franceses sólo responde a las especiales circunstancias que rodean al caso, según el responsable de mantenimiento, quien aseguró que este tipo de fallos se dan entre dos y tres veces al año, "y se reparan en tres horas".
El sistema automático de seguridad paralizó inmediatamente el acelerador tras detectarse la nueva avería, circunstancia que hoy nadie confirma en el caso del primer accidente, detectado el 5 de diciembre y revisado dos días después.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.