Un médico de EE UU reconoce que ayudó a morir a una paciente

El médico Timothy Quill ha reconocido en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine haber prescrito a una enferma de leucemia la dosis necesaria de barbitúricos para morir. Quill, de la Universidad de Rochester (Nueva York), señala que se ha decidido a revelar este caso como una contribución al debate "sobre la muerte y el sufrimiento".Su paciente, Diana, casada y madre de un niño, se suicidó hace un año, a la edad de 45, tras rechazar un trasplante de médula y un tratamiento quimioterápico. El doctor Quill, su médico desde hacía ocho años, le había hecho saber que sólo tenía una oportunidad sobre cuatro de salvarse. "Estaba convencida de que no sobrevivíría al tratamiento y de que sufriría de una manera indecible", escribe el médico, que añade: "Quería mantener el control sobre sí misma y, cuando consideró que ésto no sería posible, expuso su deseo de morir".

Según Quill, Diana quería dejar el mundo del modo menos doloroso posible. "Por tanto, le hice una receta con un sentimiento de malestar debido a las fronteras espirituales, legales, profesionales y personales que yo comenzaba a explorar. Pero sentía profundamente que con esta acción le daba la libertad de aprovecharse plenamente del tiempo que le quedaba y de conservar su dignidad".

Sin embargo, Quill declaró a la policía que la muerte de Diana fue debida a su enfermedad y no a una sobredosis de pastillas para dormir. Su confesión aporta un nuevo elemento al debate sobre la eutanasia en EE UU después de que en 1990, el doctor Jack Kervorkian, facilitara a una enferma de Alzheimer una máquina de su invención que permite suicidarse con una inyección.