Italia cierra la puerta a la llegada masiva de albaneses

El Gobierno italiano ha decidido que el país no puede acoger a todos los refugiados llegados desde Albania. Lo hará sólo con los estrictamente considerados "exiliados políticos". Todos los demás, que en realidad son más bien exiliados económicos, deberán atenerse a la ley sobre los emigrantes no comunitarios, que no pueden permanecer en el país sin un contrato de trabajo. El Gobierno albanés, por su parte, declaró ayer zona militar el puerto de Durres, principal vía de escape de los refugiados.

Italia proyecta la repatriación de una parte de los refugiados albaneses y ha pedido al Gobierno de Tirana que impida la salida de nuevos barcos con refugiados y. Según datos oficiales del Gobierno italiano, en el país hay ya 3.688 refugiados albaneses, más de 7.000 desembarcaron ayer en Brindisi y se tiene noticia de que otros 5.000 se acercan a varios puertos de la costa adriádica, además del de Brindisi, Bari, Otranto y Monópoli. A estos lugares siguieron llegando ayer miles de refugiados, quienes a pesar de la prohibición del Gobierno de desembarcar, cortaron en muchas ocasiones el bloqueo y se lanzaron a la desesperada desde las embarcaciones.En algunos casos, la gente se tiró al mar para llegar nadando hasta el puerto y en otros la autoridad portuaria se vio obligada a conceder el permiso de atracar debido a las malas condiciones del tiempo, el precario estado de salud de muchos de los prófugos y la fragilidad de sus embarcaciones. Ayer, sólo en el puerto de Brindisi, estuvieron trabajando 12 ambulancias para trasladar gente a los hospitales, como jóvenes en grave estado y muchos niños desnutridos, muertos de frío y con fiebre.

La situación era ayer de verdadera emergencia.. En Brindisi hubo 14 heridos, mientras niños sin padres, completamente solos, vagaban como perritos abandonados sin saber dónde ir. Las escenas de los refugiados peleándose entre ellos para hacerse con una botella de leche o un paquete de galletas que les lanzaban grupos de voluntarios eran conmovedoras y al mismo tiempo se temía que la situación pudiera precipitarse en el caos.

Disturbios en Tirana

Las autoridades albanesas, por su parte, han declarado "zona militar, administrada y controlada por las Fuerzas Armadas", el puerto de Durres, el más importante del país y vía principal elegida por los prófugos que intentan viajar a Italia. Según un comunicado del Gobierno albanés, recogido por la agencia Ata en Belgrado, frente a "la situación extraordinaria creada por los graves desórdenes surgidos en los puertos de Durres, Vlora y Shengjin, la frontera entre Albania y Grecia, y la frontera entre Albania y Yugoslavia", las autoridades anunciaron la adopción de medidas para controlar los trenes y vehículos destinados a "facilitar cualquier agrupamiento anormal de la población". En enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de la policía en la noche del miércoles al jueves en Tirana murieron tres personas y resultaron heridas varias decenas, según informó un portavoz del Foro por los Derechos Humanos.Al menos 24 personas fueron detenidas en los alrededores del barrio diplomático de Tirana.

En un lenguaje que recordaba la línea dura del fundador del régimen, Enver Hoxha, un comunicado oficial aseguró ayer que el éxodo masivo había sido organizado "por fuerzas internas y externas que pretenden no sólo acabar con Albania y la nación albanesa, sino incendiar el conjunto de los Balcanes".

Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano pidió el miércoles a Tirana que no recurra a la fuerza para impedir la salida de emigrantes.

En Yusgoslavia, la representante del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Judith Kutin, dijo que unos 1.500 albaneses viven en campos de refugiados en condiciones "pésimas". En la noche del miércoles al jueves llegaron a Yugoslavia 526 albaneses más.