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La tierra de Toro Sentado y Nube Roja

Bailando con lobos, película dirigida por Kevin Costner en el verano del 89 en la reserva de Pine Ridge, Dakota del Sur, es la epopeya de un pueblo orgulloso. Relata la vida tradicional de los sioux en sus últimos años de libertad, a mediados del siglo pasado. Fue el tiempo de los grandes jefes sioux: Toro Sentado, Caballo Loco, Pie Grande y Nube Roja.Actualmente no queda mucho del esplendor de este pueblo guerrero. Los 50.000 descendientes de la tribu que venció al general Custer y su Séptimo de Caballería en la famosa batalla de Little Bighorn (17 de junio de 1876), residen en reservas en los estados de Dakota del Sur y Dakota del Norte.

Hay más o menos un millón de indios en EE UU, de los cuales la mayoría viven en reservas, sólo un veinte por ciento ha seguido la llamada de las ciudades en búsqueda de mejores condiciones de vida.

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Esta es tierra india, el cartel a la entrada de Pine Ridge avisa de que quien siga deja EE UU detrás. Las reservas son pequeños estados soberanos, donde no se pagan impuestos, limitados solamente por el poder de Washington. Tienen su propio Gobierno en forma de consejo de jefes elegidos y su propia policía.

La gran aspiración de los representantes indios es la independencia del dinero del Gobierno blanco. Intentan' conseguirla vendiendo derechos de explotar depósitos de uranio a compañías de energía, como en el caso de los navajo en el suroeste de EE UU; o de carbón y agua como lo hacen los blackfeet (Pies Negros), crow (Corneja) y sioux (Serpientes) más al norte. Pero son pocas las familias que no necesitan cobrar el cheque mensual de la Seguridad Social. Pine Ridge, reserva de los oglala, una de las siete tribus que forman los sioux, es el lugar más pobre de EE UU.

Los ingresos de una familia no llegan a los 3.000 dólares al año, unas 300.000 pesetas. Muchos habitantes de la reserva han caído en una apatía de la cual sacarles resulta muy difícil. Después de décadas en las que estaba prohibido hablar su idioma y practicar ceremonias, la tribu carece de identidad.

El alcoholismo, normalmente un problema entre los indios de las ciudades, también encontró a sus víctimas en las reservas. A pesar de que en ellas está prohibido, son muchos los que lo consiguen y consumen en exceso. No es extraño que el número de accidentes mortales, suicidios y asesinatos esté, muy por encima del nivel medio americano.

A parte de ser el lugar más pobre, en los años setenta Pine Ridge fue también el lugar más peligroso de EE UU. Un hecho que llevó a ' la ocupación de Wounded Knee en 1973, lugar histórico donde tuvo lugar el último enfrentamiento entre blancos y pieles rojas en 1890. Los militantes del American Indian Movement, fundado en 1968 por un oglala de Pine Ridge, buscaban la atención del público blanco para la situación indigna de los nativos.

Derechos

Después de años llenos de violencia, la tranquilidad ha entrado en las reservas. Hoy los indios intentan conseguir sus derechos en los tribunales. Las condiciones de vida no han mejorado mucho, pero la nueva generación de jefes va por buen camino en su intento de devolver la dignidad a su gente.Son dos chamanes quienes tienen un papel importante en este intento. Ellos guardaban la sabiduría de su pueblo durante los largos años de supresión. Su lengua, su religión y su cultura estaban prohibidos durante décadas, pero no se perdieron. En la soledad de sus hogares, los padres seguían enseñando su idioma a sus hijos. Hoy existen colegios en todas las reservas, donde el lakota, su idioma, es una asignatura propia. A escondidas celebraban el baile del sol. Aquella ceremonia que se hizo famosa con la película Un hombre llamado Caballo, en la que los participantes se clavan ganchos en su pecho y se atan a un palo central.

En Pin Ridge se respira aún el espíritu de los grandes guerreros. Caballo Loco, cuyo corazón está enterrado en las orillas del río Wounded Knee (Rodilla Herida), podría aparecer detrás de cualquier colina. El paisaje es el típico de las películas del oeste: colinas llenas de pinos y valles hermosos.

En general no hay muchas posibilidades de diversión en las reservas. El gran aliado para matar el rato es, como en todo el mundo, la televisión. En las noches silenciosas, sólo interrumpidas por el llanto de los coyotes, hay hombres en las cumbres pidiendo milagros para la solución de sus problemas.

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