El mundo del seguro

Como responsable de la Agrupación de Corredores de Seguros de Zaragoza quiero manifestarle mi más profunda indignación por el artículo publicado con fecha 17 de febrero en la sección de Negocios.Hablé por teléfono con su autora, Marta Matute, y después de cerca de media hora de conversación saqué la conclusión de que desconocía lo que es el mundo del seguro, y mucho más la figura que representamos los agentes y corredores de seguros.

No puedo consentir frases tan despectivas para nuestro colectivo como: "...el consumidor por nuestra causa está sufriendo indefensión...", "...que sabernos dueños del negocio y rebajar la calidad del servicio ha sido todo una misma cosa...", "...que el precio inflado por las comisiones de los agentes y corredores se ha convertido en una desventaja para la expansión del sector...", "...que en la nueva ciudad del seguro español, el forastero podrá comprar el seguro en un banco, en unos grandes almacenes, en la ventanilla de la compañía de seguros o en la correduría de confianza, en igualdad de condiciones, pero no de precios...".

¿Me podría explicar alguna actividad que con la mediación de un profesional no se vea encarecida (consulta médica, reparación de un vehículo, asesoramiento jurídico, colaboración de un periódico)? Todo ello sin contar que a nosotros nos remunera la compañía. No pasamos honorarios a nuestros asegurados.

Y en cuanto a la liberalización del sector referente a que cada cual compre el seguro donde le plazca, nunca mejor dicho compre, pues nosotros no vendemos, asesoramos, y nos responsabilizamos de que la póliza que intervenimos sea la más adecuada posible para que, en el momento de ocurrencia del siniestro, a nuestro asegurado se le indemnice con arreglo a las coberturas contratadas.

¿Usted arreglaría su vehículo en una residencia de la Seguridad Social?, ¿iría a hacerse un chequeo médico a un abogado?, ¿pediría asesoramiento para realizar su declaración de la renta a un conserje de una finca?

Seamos serios, señores periodistas, cuando escribimos un artículo sobre una profesión digna y de servicio a la sociedad.

Nuestra finalidad es la de cada vez ser más profesionales y en ningún momento un número clausus. Esto lo corrobora el que alguno de nuestros mismos colegios, mediante unos cursos superiores, y la propia Dirección General de Seguros, cada año conceden nuevos títulos que van a engrosar las filas de los profesionales del sector. Además, en nuestro colegio tenemos un gabinete de asesoramiento al consumidor abierto al público.

La mala imagen de la profesión aseguradora viene dada precisamente por el gran intrusismo que sufrimos, y que con las medidas que pretenden los amigos de la Administración se verá incrementada.

Nosotros no queremos ser sólo 500 corredores, como decía el otro día en un periódico el presidente de la primera correduría de seguros de España (primera por volumen de cartera, pues me gustaría saber si también primera por profesionalidad, ya que por compañerismo y por corporativismo hemos visto que no). Nuestro colectivo no pone número, nos da igual 50.000 agentes que somos en la actualidad más o menos; sólo buscamos que los que sean o seamos, de verdad que sean profesionales con mayúscula, y que su finalidad, además de ser un medio de vida, sea la de servir a la sociedad a través de sus asegurados.- presidente de la Agrupación de Corredores.