Barroco de academia

La Academy St. Martin in the Fields está entre los amigos muy queridos del público madrileño, que la ovaciona siempre, así como a su cabeza visible, la animosa violinista lona Brown. No obstante, estos grupos de cámara, un poco como sucede con los cuartetos, reaistran a lo largo de su historia altibajos difíciles de evitar. Me parece que actual mente la formación londinense no está en sus más altos momentos, siempre dentro de una calidad que nadie le discute. En su actuación del miércoles la Acaderny St. Martin in the Fields expuso la música itallana de Corelli y de Vivaldi, el otro barroco de Juan Sebastian Bach, tan ligado al de Italia y, tan distinto, el clasicismo vienes de Haydn en el momento que inicia su última evolución y la rnixtura entre contrapunto bachíano y, es píritu carioca de Héctor Villalobos en sus Bachianas brasileiras. El momento culminante de la noche se alcanzó con el solista de oboe Douglas Boyd, en una es cultórica versión del Concierto en la menor, RV. 461, de Antonio Vivaldi. La misma Brown, en unión del violinista Ronald Thomas, protagonizó el Concierto en re menor de Juan Sebastian Bach en una línea de austeridad incluso demasiado severa.

Quizá en donde el grupo no llegó a ahondar todo lo necesario fue en la preciosa Sinfonía número 42 de Haydn y en la que la sustancia musical va mucho más lejos de toda galantería rococó a través de unas formas de desarrollo prebeethovenianas.