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23-F, un destello en la memoria

Un psicólogo analiza el efecto 'flash' en los vívidos recuerdos de la intentona golpista

Ana Alfageme

Alrededor de las siete de la tarde del 23 de febrero de 1981 un profesor universitario concluye la clase en la Autónoma de Madrid. Una colega desencajada irrumpe en el aula: "¿No os habéis enterado de lo que ha pasado?", espeta, "la Guardia Civil ha tomado el Congreso". El profesor sintió una mezcla amarga de miedo, rabia, vergüenza y pena. Cualquier español podría relatar sus recuerdos del 23-F con idéntica nitidez. Un psicólogo experimental ha estudiado el cómo y el porqué de la extrema fijación en la memoria de hechos cruciales como éste, lo que se ha denominado memoria de flash.

Aquel docente, tras enterarse, pensó: "Adiós, ¡mi padre!". Se había citado con él en CIbeles, a dos pasos del Congreso tomado. Cogió el coche y a toda velocidad fue en su busca. Se enfrentó a un atasco monumental en la Castellana mientras le acechaban los deseos de llorar. De rabia, de impotencia. Ele cuando en cuando, salía del coche a ver lo que pasaba. Sonaban las sirenas.Ese profesor, con el recuerdo de su personal 23-F, ha construido "una imagen muy clara con una altísima claridad perceptiva de las circunstancias en que se enteró de la noticia", dice el psicólogo José María Ruiz-Vargas, autor de un curioso trabajo que analiza la impregnación de dos hechos cruciales en la historia reciente: la intentona golpista del 23 de febrero de 1981 y, la muerte de Franco, tan sólo seis años atrás, el 20 de noviembre de 1975. El mismo docerite de este relato no conseguía reeordar, sin embargo, el contexto en que se enteró de la muerte del dictador.

Este contraste puede ser el paradigma del trabajo -aún inédito, presentado a un congreso internacional el próximo mes- de Ruiz-Vargas, estudioso de la memoria desde hace 15 años y profesor titular de Psicología de la Autónoma de Madrid. Presentó 120 cuestionarios a hombres y mujeres entre 40 y 55 años -uno de ellos, el profesor aquí citade- preguntándoles si se acordaban bien de la hora, el sitio, la compañía y la actividad que les ocupaban cuando se enteraron dé la noticia y de lo que hicieron antes y después, para saber de la "elaboración" del recuerdo. E indagó también en el impacto emocional y la sorpresa con que conocieron ambos sucesos -la "distintividad, las huellas que no comparten rasgos con otras", asegura- y lo cuantificó.

Todo ello, en busca de la fotografía grabada en el recuerdo, "la memoria de flash, generada por eventos de gran trascendencia personal o nacional. En esos casos,la mayor parte de la gente puede relatar, con gran realismo, detalles de las circunstancias en las que supieron de la noticia", asegura el investigador. Psicólogos estadounidenses habían estudiado por primera vez este fenómeno con ocasión del asesinato del presidente John F. Kennedy, en 1963. Se bautizó como memoria de flash "por lo que sugiere de sorpresa, iluminación indiscriminada y brevedad. Serían recuerdos no sólo del evento crucial sino, sobre todo, de las circunstancías en que uno se enteró", según Brown y Kulik, que acuñaron el término en 1977. Estos investigadores apelaron a un mecanismo nervioso específico que ordena la impresión del hecho en la memoria y "que se desata cuando un suceso es. muy sorpresivo o trascendente".

Huellas singulares .

El relato del colega de Ruiz-Vargas está ampliamente elaborado y es singular, lo que no ocurre con las leves huellas de la muerte de Franco. La elaboración y distintividad estarían, según su teoría, en la codificación de la memoria de flash, sin que se produjese un mecanismo nervioso especial: "La persona asigna dosis desmesuradas de atención a este hecho, lo que consolida la memoria".

La muerte de Franco y el 23-F tuvieron un elevado tinte emodional y una gran trascendencia histórica. Sin embargo, la vívida memoria deflash sólo se produjo el día de la intentona golpista. Ruiz-Vargas apela a que sólo el 23-F fue muy sorprendente e inesperado, en oposición a la larga agonía del dictador.

Pues aquel día, yo...

La muerte de Franco fue repasada, en el recuerde, sólo durante pocos meses después -del 20-N, según las conclusiones del trabajo del psicólogo José María Ruiz-Vargas, investigador de la memoria y profesor titular de la Universidad Autónoma de Madrid. Los detalles de la jornada invernal del intento de golpe de Estado de 1981 fueron, sin embargo, meditados y relatados durante anos y años por la rnayoría de las personas que participaron en el trabajo, entrevistadas a comienzos del pasado año. El cuestionario que el investigador creó buscaba conocer en qué grado los preguntados habían repasado ese suceso durante el lustro siguiente. "Una de las teorías que se baraja en la formación de la memoria de flash es que la fijación del recuerdo se genera por el repaso constante de las circunstancias en las que el sujeto conoció la noticia", explica el psicólogo, "teoría que yo rechazo dado que no es posible repasar un recuerdo si no fue bien codificado y almacenado en la memoria cuando ocurrió". RuizVargas asegura que, para la formación de esa fotografía, no es tan importante el repaso, es decir, el procesamiento posterior del recuerdo.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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