La gran batalla, en marcha
La mayor ofensiva por tierra, mar y aire que ha presenciado el mundo desde la II Guerra Mundial comenzó a las dos de la madrugada de hoy (hora española) cuando los 700.000 soldados de la Operación Tormenta del Desierto lanzaron el gran ataque contra las posiciones iraquíes en Kuwait. La lucha se inició ocho horas y media después de expirar el ultimátum dado por el presidente norteamericano, George Bush, a Irak para que retire sus fuerzas del emirato invadido y ocupado el pasado 2 de agosto. El presidente francés, François Mitterrand, y el primer ministro británico, John Major, dieron también orden a sus tropas en Arabia Saudí de unirse al esfuerzo bélico norteamericano. "Muchos norteamericanos morirán", aseguró el representante de Irak en la ONU.
A las 3.33 de hoy, el helicóptero de Bush que se encontraba en su residencia de Camp David, aterrizaba en la Casa Blanca. Apenas media hora más tarde se dirigía a la nación para anunciar que Ia liberación de Kuwait ha entrado en su fase final"."Después de consultar con mis asesores y con los miembros de la coalición internacional", afirmó el presidente norteamericano, "se dio a Sadam Husein la última oportunidad para retirarse de Kuwait incondicionalmente y satisfacer así la resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. No solamente no ha cumplido el ultimátum, sino que hemos visto un redoblamiento de los esfuerzos de Sadam Husein por destruir Kuwait y su pueblo. He ordenado al general Norman Schwarzkopf [jefe de la operación Tormenta del Desierto] que utilice todas las fuerzas disponibles, incluidas las terrestres, para que los iraquíes salgan de Kuwait. Tengo confianza total en la capacidad de las fuerzas de la coalición para actuar de forma rápida y adecuada. Vamos a hacer lo justo y necesario. Recen por las fuerzas de la coalición. Dejen lo que estén haciendo para rezar por las fuerzas de la coalición y por nuestros soldados. Y que Dios bendiga a todos y cada uno de ellos, y bendiga a América".
Como ocurrió el 17 de enero, fecha del inicio de las hostilidades, Bush ha cumplido inexorablemente la amenaza lanzada el pasado viernes contra Irak de ordenar el comienzo de la guerra terrestre si Sadam no ordenaba "una retirada total, inequívoca y a gran escala" antes del mediodía del sábado.
La actividad diplomática de última hora desarrollada en Moscú y en los pasillos de las Naciones Unidas no pudo impedir una ofensiva prácticamente cantada al negarse Irak a aceptar las drásticas condiciones finales impuestas por la coalición.
El supuesto incendio de 200 pozos e instalaciones petrolíferas de Kuwait por parte de las tropas iraquíes y las noticias de presuntas ejecuciones sumarísimas en el emirato por las fuerzas de Sadam Husein aparentemente han servido de detonante a una acción ofensiva prevista por el Pentágono desde el inicio de la guerra.El secretario de Defensa, Richard Cheney, explicó dos horas después del inicio del ataque que no se podía permitir que Sadam disfrutara de un alto el fuego que le permitiría reabastecer a sus fuerzas y convertir la ofensiva en más sangrienta. "Sadam", afirmó, "no puede salir de ésta sin pagar su deuda". Cheney afiadió que, en las horas siguientes a su anuncio, no se daría información sobre el curso de las operaciones bélicas. Sin embargo, algunas fuentes aseguraban que en primera línea se encontraban contingentes saudíes, kuwaltíes y egipcios. El representante de Irak en la ONIU aseguró que la guerra será larga y que su país no se rendirá. "Muchos norteamericanos morirán", señaló.
El Gobierno español, reunido en gabinete de crisis, siguió desde el primer mornento el desarrollo de los acontecimientos.
La gran batalla estalló después de que se desarrollara una frenética actividad diplomática, que tuvo como centros principales Moscú y la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.
Páginas 2 a 9. Editorial en la página 14
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