El Ejercito soviético se manifiesta en Moscú
El Ejército soviético protagonizó por primera vez un mitin político ayer en el centro de Moscú, adonde acudieron centenares de miles de personas, mayoritariamente militares, en apoyo de la unidad del Estado y de las Fuerzas Armadas de la URSS. El mitin, en cuya tribuna de oradores estuvo el presidente del KGB, VIadímir Kriuchkov, fue uno de los más numerosos, si no el más numeroso, de cuantos se han registrado en la capital en los últimos años.
El ministro de Defensa, Dmitri Yazov; el viceministro del Interior, general Borís Gromov, y el consejero presidencial, mariscal Serguéi Ajromeiev, se encontraban entre quienes asistieron al mítin, aunque ninguno de ellos tomó la palabra ante la multitud que llenaba la plaza del Manezh, junto a la plaza Roja, escenario el día anterior de otro mitin, esta vez a favor de Borís Yeltsin -presidente de la Federación Rusa-, en el que participaron 60.000 personas. Aquel mitin concluyó con una resolución pidiendo el cese del presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov.Columnas de distintos cuerpos de las Fuerzas Armadas de la URSS y de las distintas academias militares, incluida la Academia de Tropas de Fronteras, dependiente del Comité de Seguridad del Estado (KGB), participaron en el mitin de ayer, que, dentro de un mensaje conservador, se caracterizó por un tono relativamente contenido.Las columnas de participantes llegaron disciplinadamente y al ritmo de marchas militares a la plaza del Manezh. La mayoría de las pancartas tenían lemas sobre la unidad del Estado escritas sobre fondo rojo. Aparte de éstas, en algunos sectores aparecieron banderas iraquíes, consignas contra Borís Yeltsin, contra la política norteamericana y contra los medios de información más radicales. "La única carne en tres años de perestroika", era el lema que podía leerse en una pancarta que acompañaba estas palabras con la foto de una chica desnuda.
Anatoli Chejoev, copresidente del grupo conservador Soyuz (Unión) y diputado del Parlamento soviético, fue el encargado de presidir el mitin. En una alocución inicial, Chejoev se refirió a la necesidad de poner Fin a la desintegración del Estado y advirtió del peligro de guerra civil. El diputado expresó su apoyo a la dirección de la URSS y exigió medidas para impedir que el Estado "se deslice hacia el abismo".
Muchos fueron los oradores que de forma abierta o indirecta atacaron a los sectores radicales aglutinados en Rusia Democrática. Los nombres de Yeltsin; Gavril Popov, el alcalde de Moscú; Anatoli Sobchak, el alcalde de Leningrado, y Nikolal Travkin, presidente del Partido Democrático de Rusia, fueron criticados en repetidas ocasiones. Estas críticas eran acogidas con ovaciones por la multitud. Un obrero de una fábrica de Moscú comparó la situación actual en la URSS con la situación en Alemani.a antes de la subida al poder de los nazis y afirmó que el fascismo ya ha comenzado en las repúblicas del Báltico.
Víktor Alksnis, el coronel y diputado de la URSS que es copresidente del grupo Soyuz, fue uno de los oradores más aclamados, aunque su alocución fue breve y más moderada de lo que es habitual en él.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.