Japón supedita su reacción a una consulta con EE UU

Japón seguía ayer los pasos de la Casa Blanca antes de adoptar una postura oficial sobre la aceptación iraquí del plan de paz soviético. El primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, dijo ayer que era necesario conocer más en detalle el significado del plan antes de pronunciarse. El portavoz del Gobierno, Misoji Sakamoto, fue más explícito al manifestar que Tokio se pronunciaría después de que hubiera consultado con Washington.Kaifu manifestó en el Parlamento que no había que restar importancia al hecho de que Irak aceptara definitivamente la retirada de sus tropas de Kuwait. "No soy necesariamente optimista", dijo, "pero pienso que el plan ofrece una oportunidad de paz, aunque parece todavía estar sujeto a condiciones".

El primer ministro mencionó como cuestiones oscuras el que no se hiciera referencia a la soberanía kuwaití sobre el emirato y que el levantamiento de las sanciones económicas impuestas por la ONU tuviera que ser llevado a efecto antes de que se complete la retirada militar. "Japón quiere que la guerra termine lo más pronto posible y para ello Irak debe cumplir las resoluciones de la ONU".

El Gobierno japonés comparte la aprensión norteamericana hacia el nuevo cariz de la guerra y piensa que la URSS quiere resucitar su alianza con Irak, salvando el régimen de Husein, y aumentar su influencia en Oriente Próximo. Japón desea que la solución a la crisis comporte la caída de Husein. El portavoz de Exteriores, Taizo Watanabe, consideró improbable que Japón coopere en la reconstrucción de Irak si Husein está en el poder.